El cerebro no solo juega con nosotros cuando queremos revivir una experiencia, fabricando recuerdos con detalles sacados de otras vivencias, sino también exagerando aspectos de la realidad para evitar que dudemos de lo que estamos viendo.
El cerebro es capaz de retener información y de recuperarla ocasionalmente: eso nos permite recordar experiencias vividas o ideas que nos ayudan a tomar decisiones acertadas.
En realidad, el cerebro no guarda un fichero con los datos relativos a una experiencia, como el color de las paredes de la habitación donde hemos jugado con nuestra hija.
Lo que realmente hace es almacenar el impacto que una experiencia...