Según el investigador Meik Wiking, hay seis factores determinantes para la felicidad. Conózcalos.
‘Lykke’ es una palabra danesa que significa felicidad y, probablemente, pocas personas sepan tanto acerca de ese “estado de grata satisfacción espiritual y física” como el escritor e investigador danés Meik Wiking, director ejecutivo del Instituto de Investigación de la Felicidad (www.happinessresearchinstitute.com) de Copenhague.
¿Qué tienen en común las personas más felices del mundo?, ¿qué podemos aprender sobre la felicidad en otros lugares?, ¿qué podemos hacer para ser más felices nosotros mismos? Son algunas de las preguntas que Wiking intenta responder en su más reciente libro, titulado ‘Lykke’.
Las investigaciones concluyen que existen seis factores determinantes para la felicidad: el sentido de unión o comunidad, la libertad, la confianza, la bondad, el dinero y la salud.
Wiking los explica e incluye algunos casos de personas de distintas partes del mundo que ofrecen poderosos ejemplos de cómo alcanzarla.
Sentido de comunidad
“En un internado en Dinamarca les dijeron a los alumnos que solo podían utilizar los celulares una hora al día”, relata Wiking. El experimento duró seis meses, y cuando concluyó, les preguntaron si querían seguir así o si preferían volver a usar sus celulares a toda hora. “El 80 % votó por seguir utilizándolos solo 60 minutos diarios, porque se habían dado cuenta de que así era más fácil relacionarse con los demás, cultivar las amistades e interactuar”. Wiking también recomienda comer más seguido con nuestros amigos, familiares y colegas, de forma lenta y conversada.
Libertad
“Hemos comprobado que la gente que trabaja por cuenta propia generalmente es más feliz”, señala el autor de ‘Lykke’. “Si bien tienen que trabajar más duro y suelen ganar menos dinero, están más satisfechas con su trabajo porque tienen más autonomía y más flexibilidad laboral y, sobre todo, porque tienen una gran claridad sobre el propósito que intentan alcanzar con su esfuerzo”. Ahora, los que trabajan como empleados pueden montar sus estrategias: mañanas sin reuniones, horas fijas para los correos, un día o más de teletrabajo… Es cuestión de combatir lo que nos genera estrés.
Dinero
Respecto del dinero, otro de los factores determinantes de la felicidad, el autor señala lo que ya muchos otros autores han dicho: que “si buscamos comprar felicidad, es más sabio invertir en experiencias que en cosas”.
Adicionalmente, un estudio conjunto realizado por las universidades de Columbia Británica y Harvard, y que fue publicado el año pasado, reveló que una de las mejores formas de utilizar el dinero en pro de la felicidad es si se emplea para comprar tiempo libre, es decir, pagar para liberarnos de tareas desagradables y así poder dedicarnos a cosas que nos agradan. Tener tiempo para disfrutar la vida y lo que nos gusta reduce el estrés y la ansiedad, y aumenta el bienestar y la felicidad, concluyeron los autores de ese trabajo.
Confianza
En varias investigaciones se ha medido la confianza y cuál es su impacto en la felicidad en distintos países. Y este punto es clave porque da tranquilidad y seguridad.
Un estudio efectuado en distintas ciudades consistió en dejar una billetera abandonada en la calle, con dinero dentro y con papeles que identificaban al propietario, y luego comprobar cuántas fueron devueltas con todo el dinero en su interior. La ciudad en la que se devolvieron más carteras intactas fue Helsinki, en Finlandia, donde el 92 por ciento fueron reintegradas con todo el dinero.
Pero más allá de esto, Wiking también recomienda trabajar ‘el músculo de la empatía’. Para esto aconseja leer literatura y movernos más allá de nuestros círculos sociales habituales para comprender mejor el comportamiento de otras personas y ponernos en la piel de los demás.
Wiking también sugiere visitar lugares donde vivan personas que están en el extremo opuesto de nuestro espectro político, “para darnos cuenta de que podríamos haber tomado las mismas decisiones si hubiéramos vivido su vida en vez de la nuestra y que no somos tan diferentes; solo tenemos puntos de partida distintos”.
Bondad
En su libro, Wiking cuenta una historia sobre Clark, un joven de Londres que estaba cansado de su trabajo y lo dejó para comenzar a buscar otra ocupación que le diera más valor y sentido a su vida.
“Es una de las personas más inspiradoras que he conocido en los últimos dos años y que podría estar muy cerca de ser un superhéroe, porque, además, su identidad es secreta. Él va por la calle ayudando a la gente. ¡ese es su propósito!”, señala Wiking.
Este joven es conocido en Londres como ‘el tipo que ayuda gratis’ y, entre otras acciones, ha intentado encontrar un donante de médula para una joven con cáncer o volver a juntar a un padre con su hijo, añade.
“También ayudó a un chico que tenía miedo a volar en avión, sentándose a su lado durante los vuelos”, apunta.
“Sin embargo –dice Wiking– con estas iniciativas a quien más ha ayudado ha sido a sí mismo, y dice que en esos momentos su corazón late como nunca antes había latido”. Tanto, que si bien al principio se había planteado dar estas ayudas como un experimento de seis meses, “ahora se han convertido en su proyecto de vida”.
“Sabemos que cuando hacemos el bien nos sentimos bien”, señala Wiking, quien añade que cada vez hay más interés por saber qué ocurre en nuestro cerebro cuando ayudamos a los demás.
Wiking propone encontrar maneras de hacer felices a los demás a través de actos de bondad, como la camarera de la película ‘Amélie’, que se promete a sí misma dedicar su vida a ayudar a los demás. “El mundo necesita más Clarks y Amélies, esos superhéroes secretos de bondad”, afirma este autor danés.
La salud
Parece obvio, pues, finalmente, quien no goza de salud difícilmente podrá ser feliz. Pero aquí el mensaje es que la buena salud hay que cultivarla, trabajarla. Debe ser un propósito central en nuestras vidas, y eso va desde poner atención a lo que comemos y al ejercicio hasta cuidar la calidad de nuestro sueño. Eso sin hablar de lo que aporta la felicidad a la salud, pues según subraya el autor “las personas felices tienen mejor salud”.
Fuente: El tiempo.com