No podemos ni debemos evitar que nuestros hijos adolescentes empiecen a enfrentar un sinfín de emociones, experiencias y sentimientos ya sea de gusto o tristeza, de libertad u opresión o de certeza e incertidumbre, los cuales, sin duda, moldearán su carácter.
Recuerda que tú decides la relación que llevarás con tu hijo, para ello te sugiero lo siguiente:
-Empieza por confirmar el amor que sientes por él y no por lo que tú quieres que sea o haga.
-Acepta los cambios de estado de ánimo por los que pasa tu hijo o la falta de interés en algunas cosas que tú consideras debiera hasta emocionarse, no gastes energía al enojarse por ello, ellos pasarán.
-Ayuda a tu hijo a reconocer que todos podemos aprender de los errores, que es parte del aprendizaje.
-Ocupa más de tu tiempo señalando lo bueno que hay en él en lugar de lo malo.
-Demuestra tu orgullo por él, comparte sus logros con la familia, con los amigos y exhibe en algún lugar de la casa sus premios, fotos o diplomas que lo acrediten.
-Acepta o pide su ayuda en algo que sea bueno y de lo cual tú puedas aprenderle.
Lo jóvenes que se sientes seguros de sí mismo son aquellos que mejor manejan las presiones a las que se ven expuestos.
#PiensaPositivo