¿Cómo promover la bondad, la compasión, el perdón y, sobre todo, el amor entre los miembros de tu familia si provienes de una en que predominó la falta de amor y de comprensión? Te sugiero que sea a través del perdón, de acuerdo con los mensajes y las enseñanzas de sabios maestros que promueven la paz en el mundo como el Dalai Lama. Debes perdonar a tus padres recordando que ellos también sufrieron de niños y que no pudieron o supieron transformar ese dolor en amor y te lo transmitieron aun sin desearlo conscientemente.
El perdón libera de rencores y alivia el dolor. De este modo, transformas tus sentimientos y eres capaz de amar, de dar. Esta liberación que da perdonar es la única espada que cortará el lazo entre lo vivido en tu infancia y la vida de tus hijos en el presente, tu vida misma, la de tus nietos y futuras generaciones.
¿Sabes? Los padres debemos sentir orgullo por proponernos construir un hogar y promover la espiritualidad en su interior porque sabemos las repercusiones que ello tendrá en el mundo exterior.
Sé que mucho del trabajo que hacemos como padres es limpiar, cambiar pañales, recoger juguetes, llegar del trabajo a jugar, dar amor, discutir con la esposa (o esposo) sobre la mejor forma de hablarles, tratarlos y educarlos, además de estar en la búsqueda constante de un momento de tranquilidad. Pero también sé y deseo que no olvides que estos niños, nuestros hijos, son lo que darán forma al mundo que viene. En este tiempo precario es vital criar niños sanos que practiquen la compasión, la bondad y el amor y esto sólo podrá ocurrir si nosotros, como padres, los llevamos por el camino del amor, la comprensión y la comunicación permanente.
#PiensaPositivo
Cuando una persona hiere duele mucho, aún más siendo tu sangre, pero no cabe duda que cuando uno sana aprende a perdonar y que mejor teniendo ejemplo como lo son mis padres, ellos siempre con amor, confianza y honestidad nos han enseñado que todo pasa por algo, que los momentos de Dios son perfectos, sólo el sabe por qué nos pone esas pruebas en nuestra vida y muchas gracias Mariano por compartir con la gente bellas historias y si que nos ponen a pensar el por qué luego somos tan ingratos