Desde el momento que un recién nacido hace su primera respiración independiente del cuerpo de su mamá percibe su nuevo mundo a través del tacto y contacto con el exterior.
El tacto produce la comunicación sin palabras más importante que puede existir entre seres vivos. Una amiga me platicaba que su hijo solía decir que su mamá tenía manos mágicas porque le curaba sus dolores. Lo que ella dice es que cuando su hijo mostraba síntomas de una gripa o mala digestión ella lo ponía en su regazo y empezaba a masajear su pecho o estomago hasta sentir como su mano y el pecho del niño se sentían como una sola piel y mientras esto sucedía ella deseaba el alivio de su hijo; el niño se quedaba dormido y al siguiente día se encontraba mucho mejor.
Esta amiga comenta que la ausencia de enfermedades fue evidente. Por supuesto, no estoy diciendo que mi amiga tenga poderes mágicos, sino que su masaje con amor y dedicación permitían a su hijo relajar la tensión que la molestia le producía. Lo que te quiero compartir es que dando amor, cariño, un poco de atención con tus propias manos a los demás lo puedes ayudar mucho a curar el estrés y sino a desparecer muchos síntomas de enfermedades, sí permitirá una gran mejoría.
Sólo necesitas una botellita de aceite del que más te guste, el deseo de que la persona a quien darás masaje se sienta mejor y dejar llevar tus manos con suavidad sobre la parte del cuerpo que se sienta la molestia.
#PiensaPositivo