Una alimentación nutritiva es la base de la salud. Sin duda, aquellos que lo tengan claro llevan ganado gran trecho del camino hacia su bienestar integral, ya que los expertos aseguran que llevar una sana alimentación y realizar ejercicio de manera constante, son potentes estrategias de medicina preventiva.
Quienes comen cada día en medio de llamadas telefónicas ordenando comida de diferentes lugares, en escritorios llenos de asuntos pendientes o en un auto que va de un lugar a otro, y cuyos alimentos son un par de donas y un café para el desayuno, una torta, tacos y un refresco para la comida, y para la cena los guisados de la semana… no necesariamente están gastando menos.
¡Ojo! Existe el prejuicio de que estos hábitos se deben a nuestro escaso presupuesto o al poco tiempo disponible para comer debido a las presiones del trabajo. Esto no es precisamente la verdad, más bien se trata, hoy en día, de la poca importancia que le damos a nuestra alimentación porque hemos perdido de vista la estrecha relación que existe entre comer y sentir.
La mayoría de las personas se quejan de malestares físicos como: inflamación de intestinos, mala digestión, dolores de cabeza, insomnio, etcétera, que siempre atribuyen al estrés o a la falta de reposo. Sin embargo, nuestros deficientes hábitos alimenticios son la primera y más importante causa de esos malestares, así como del cansancio, la falta de energía y, en muchos casos, de la depresión.
Investigaciones recientes aseguran que, en muchos casos, el mal humor, la falta de ánimo e, incluso, la intolerancia respecto de algunas circunstancias cotidianas de la vida, son resultado de una alimentación deficiente.
Empieza hoy mismo a dedicar más tiempo a preparar o a elegir lo que vas a comer. Haz un esfuerzo por llevar la comida de tu casa si comes fuera o dirigirte a esos lugares en donde puedas consumir verduras y frutas frescas de la estación. Tal vez puedes prepararte en casa algunos de estos vegetales crudos aderezados con un poco de limón y sal y llevártelos al trabajo para evitar correr a las maquinitas cuando el hambre te ataca.
Elige tanto como puedas una alimentación más fresca, natural y balanceada evitando en lo posible los alimentos procesados y la comida chatarra. Hazlo por unas semanas y checa tu presupuesto para ver la diferencia que esto hace. Estoy seguro que verás grades cambios.
#PiensaPositivo
Muchas gracias Mariano por compartir toda esa información tan interesante, gracias por compartir tú sabiduría de vida, gracias por preocuparte por generar un cambio positivo en todos los que te escuchamos. Que Dios te bendiga a tí y todos tus seres queridos :)