Solo que al principio tienes que valerte de algunos trucos para ayudarte a no claudicar. Por ejemplo, si deseas cuidar de tu alimentación, cuando vayas a comprar la despensa evita a toda costa pasar por los pasillos de galletas, dulces, refrescos y pan. Haz una lista de lo que necesitas en casa y compra en el mercado o supermercado exactamente esos artículos. Evita en lo posible ir de compras antes de comer o cuando tienes hambre, y procura no llevar a tus hijos contigo, pues ellos siempre querrán visitar precisamente esas secciones que debes evitar.
Si acostumbras comer en tu oficina, créate el hábito de llevar tu propia comida. Cuando no te sea posible y salgas con tus compañeros a comer y les encanta comer tacos y hamburguesas, procura reducir tus porciones y compensa el hecho con una cena ligera que consista en una ensalada fresca de verduras; o bien puedes sugerirles a tus compañeros hacer una excepción en su menú habitual. Como antes mencione, siempre habrá alguien interesado en unirse a tu nuevo plan; motívalo y apóyalo, que él hará lo mismo contigo.
Ten en cuenta que no se trata de seguir una dieta rigurosa que te obligue a suspender de lleno el consumo de productos como tortillas, panes o galletas, si éstos son tu perdición.
Tampoco debes someterte a la tortura de contar las calorías de cada platillo para reducir el consumo de carbohidratos, o cosas por el estilo. Únicamente consiste en comer de una manera equilibrada y elegir, en lo posible, alimentos frescos y nutritivos.
Tienes que proponerte un plan flexible que vaya de acuerdo con tu ritmo de vida, el trabajo que desempeñas y tu propio organismo. No se trata de vivir martirizado por el deseo de un pedazo de pan o una tortilla sino tener en cuenta la cantidad y las porciones que te sirvas en tu plato e incluir verduras, frutas en y, por supuesto, beber ocho vasos de agua a lo largo del día.
Algo muy importante es que no debes dejar de comer por el hecho de que no tengas alimentos sanos a tu alcance. Tu cuerpo necesita alimentarse regularmente para realizar bien todas sus funciones, incluida la evacuación. Por ello, es preferible comer poco de lo que haya a no comer nada, y procurar comer algo nutritivo en la primera oportunidad que se te presente, ya sea la cena, el desayuno o la comida que siga en turno.
#PiensaPositivo
Buenos días Maríano, todos sus temas me caen como anillo al dedo, gracias por tan bellas reflexiones y atinados mensajes, se ve que tiene al Espíritu Santo de su lado. Dios lo bendiga.