Mejorar el funcionamiento de tu metabolismo, sentir más energía y en general sentirse mejor, no son sólo deseos de un Año Nuevo, o promesas a no cumplir, sino objetivos claros y alcanzables.
Sé que hoy en día existe una enorme cantidad de información para bajar de peso, para mantenerse en equilibrio; diversas dietas que se contradicen unas con otras, productos en la industria farmacéutica que aseguran “Milagros”; así como terapias alternativas que confunden verdaderamente al consumidor.
Nutrir tu cuerpo no tiene que ser tan complicado y mucho menos confuso, comer sanamente es un estilo de vida, es nuestro comportamiento al elegir qué, cuánto y cómo comer tus alimentos.
Lo que sugiero ante este caos informativo es concentrarse en lo básico, es decir, no caer en un juego de números al contar angustiosamente las calorías, la proteína y los carbohidratos en cada comida, sino tomar en cuenta las porciones de éstas; así como estar alerta a la reacción que cada alimento nos produce. Aprendamos a reconocer las señales que nuestro organismo nos da después de consumir ciertos alimentos.
Evidentemente es sabido lo que la comida chatarra puede generar en nuestro organismo, así como el consumo de refrescos y alimentos procesados.
Lo que pongas en tu cuerpo determinará el cómo te sientas después de comer, así como tus niveles de energía para el desarrollo de tus actividades.
Algo que podría ayudar a mantener una alimentación balanceada sería planear tu menú de la semana y con base a ello comprar tus alimentos. Si logras un plan de comidas y te provees lo necesario para prepararlas, difícilmente tendrás la necesidad de comer en la calle, y de esa manera evitarás comer mal.
#PiensaPositivo
No cabe duda que las cosas mas importantes en la vida, se pueden solucionar de una forma muy sencilla. No es necesario complicarse con dietas que terminan siendo agresivas, si aprendemos a ser honestos con nosotros mismos y a dar a nuestro organismo lo que realmente necesita.
Muchas gracias por estos tips que nos ayudan tanto. Gracias Mariano.