Hace unos años leí el libro “Cuando a la gente buena les pasan cosas malas” cuyo autor es Harol Kushner, quien cree en Dios y en la bondad del mundo.
El autor es alguien que ha pasado la mayor parte de su vida tratando de ayudar a otras personas a tener fe, a creer en Dios; sin embargo, hace algunos años, debido a una tragedia personal, se vio obligado a repensar todo lo que había aprendido acerca de Dios. Su hijo fue diagnosticado, a los tres años de edad, con una enfermedad degenerativa que acortaría su vida en la adolescencia. Fue en ese entonces que Kushner no pudo encontrar una respuesta a sus preguntas: ¿Por qué mi hijo? ¿Por qué mi esposa y yo estamos siendo lastimados de esta forma?
Igual que tú y yo, y mucha gente nos hemos hecho las mismas preguntas cuando la tragedia ha tocado nuestra vida. Nuestra fe se quebranta, nuestras creencias se nublan.
Comparto contigo este libro porque la jornada introspectiva del autor lo lleva fundamentalmente a la conclusión de que Dios no causa la adversidad, no nos castiga con la tragedia, no nos pone a prueba, y no nos manda el dolor para hacernos mejores. Dios nos da fuerza, esperanza y sabiduría para soportar la adversidad y salir adelante. Kushner nos sugiere pensar en que tenemos la elección de poder desperdiciar nuestra vida en la ira, la confusión y el aislamiento o podemos aceptar que existen acontecimientos y personas injustas en el mundo pero que también existe el amor, la belleza, la compasión y la felicidad.
Coincido con el autor que el soportar y sobrevivir al sufrimiento inevitable es un verdadero milagro y una de las representaciones más divinas en la vida.
Mariano Osorio
#PiensaPositivo
#FuerzaMéxico
Excelente Reflexión, Dios nos sostiene y quiere q seamos fieles, mantengamos fe y esperanza ante toda adversidad.