Todos hemos experimentado el llanto, de hecho, llorar es de las primeras cosas que hacemos al nacer.
Cuando éramos bebés no controlábamos el llanto; es hasta después de los seis meses que lo aprendemos a manipular.
El llanto de cada persona es único e irrepetible y cuando éste sucede la corteza cerebral y el sistema límbico elevan la necesidad de glucosa y oxígeno hasta un 32%.
Cada vez que lloramos nos desgastamos de manera física y emocional, es una reacción del ser humano que ayuda a liberar estrés.
Si lloras desgarradamente es cómo si hubieras corrido cinco kilómetros, de ahí el cansancio que queda después de llorar.
#PiensaPositivo