“Pan pa’l susto” es culturalmente aceptado para curar el espanto después de una situación que nos asusto.
Cuando nos asustamos, un estímulo le indica al cerebro que puedes estar en peligro. La señal de miedo llega rápidamente al tálamo (que se encuentra en el centro del cerebro)
y viaja hasta la la base del cerebro.
Cuando experimentas algo que te asusta, la amígdala activa el hipotálamo, el cual libera hormonas como la adrenalina.
Cuando el cuerpo se inunda de esta hormona provoca que se dispare el ritmo cardíaco y la presión arterial. Este proceso causa la generación de cortisol, una hormona que aumenta la presión sanguínea y el azúcar en la sangre y suprime el sistema inmunitario , de ahí el mito de que un susto puede causar diabetes.
Dar una pieza de pan o cualquier alimento inmediatamente después de un susto no es recomendable, ya que en situaciones de alerta los niveles de glucosa regularmente están al tope y consumir más energía no es lo mejor. Es necesario esperar mínimo una hora para que los niveles de glucosa se equilibren.
#PiensaPositivo
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