Según Cicerón, «la gratitud no es solo la más grande de las virtudes, sino la madre de todas las demás».
La palabra gratitud procede del latín gratitūdo y, según la RAE, es “el sentimiento que nos obliga a estimar el beneficio o favor que se nos ha hecho o ha querido hacer, y a corresponder a él de alguna manera”.
Gratitud pues, es algo que sentimos y que además nos impulsa a la acción. A través de ella, reconocemos las cosas buenas de nuestras vidas, ya sean intangibles o tangibles, y actuamos en consecuencia. Pero además de un estado temporal, también es un rasgo de carácter y ser una persona agradecida equivale a sentirse más satisfecho con la vida.
La ciencia de la gratitud
La psicología positiva, que investiga aquello que podemos hacer para mejorar nuestra percepción del bienestar, ha mostrado especial interés por esta cualidad.
Muchos estudios encuentran que las personas que practican la gratitud reportan beneficios consistentes que van desde la resistencia emocional y la mejora de la salud física a las ventajas profesionales y una mayor empatía.
Según el Centro de Investigación de Conciencia de la Atención Integral de la UCLA, (Mindfulness Awareness Research Center) expresar gratitud cambia literalmente la estructura molecular del cerebro, mantiene la materia gris funcionando y nos hace más saludables y felices. Cuando sientes felicidad, el sistema nervioso central se ve afectado. Eres más pacífico, menos reactivo y menos resistente. Y la gratitud es la práctica más efectiva para estimular los sentimientos de felicidad.
En un estudio de gratitud, realizado por Robert A. Emmons en la Universidad de California en Davis y su colega Mike McCullough en la Universidad de Miami, a los participantes, asignados al azar, se les dieron tres tareas distintas. Todos llevaban un diario semanal: un grupo describía las cosas por las que sentían agradecimiento, otro explicaba todo aquello que les fastidiaba y el último hacía un seguimiento de los eventos neutrales. Al cabo de diez semanas, los participantes en el grupo de gratitud se sentían un 25 por ciento mejor que los otros grupos, reportaron menos problemas de salud y rendían un promedio de 1,5 horas más. En un trabajo posterior de Emmons con una configuración similar, los participantes que completaron ejercicios de gratitud cada día ofrecieron a otras personas más apoyo emocional en su vida que los de otros grupos.
Otro estudio sobre la gratitud se llevó a cabo con adultos que sufren de trastornos neuromusculares congénitos y de adultos (NMD- neuromuscular disorders), la mayoría de las cuales tenían síndrome post-polio (PPS- post-polio syndrome). En comparación con los que no anotaban aquello por lo que están agradecidos por cada noche, los participantes que expresaron gratitud se sentía más frescos y renovados cada día al despertar. También se sentían más conectados con otros que los del grupo que no expresaba gratitud.
La cuarta investigación , llevada a cabo por un grupo de científicos chinos, no requirió un diario de gratitud, pero valoró la cantidad de agradecimiento que la gente muestra en su vida cotidiana. En esta investigación encontraron que los niveles más altos de gratitud se asociaban a un mejor sueño, y también con escalas más bajas de ansiedad y depresión.
Beneficios de ser y sentirse agradecido
Cultivar la gratitud tiene muchas recompensas según los científicos :
· Disminución de la presión arterial y un sistema inmunológico más fuerte.
· Mayor optimismo, felicidad y resiliencia.
· Emociones más positivas y relaciones mejoradas.
· Dormir mejor.
· Sentirse menos solo o aislado.
· y una mayor capacidad para ser generoso y compasivo.
Fuente: Intimidad.es