Aunque hay personas que la manejan mejor que otras, la ira es un sentimiento universal, y suele aparecer ante detalles pequeños, pero irritantes.
Aunque hay personas que la manejan mejor que otras, la ira es un sentimiento universal. Podríamos pensar que la ira surge con más intensidad ante grandes tropelías o injusticias mayúsculas, pero lo cierto es que, en nuestro devenir cotidiano, la ira se desata con los detalles más insignificantes. Es la conclusión a la que ha llegado un estudio realizado entre 2.000 británicos con motivo del estreno en vídeo de Lobezno Inmortal, la segunda película protagonizada por el famoso personaje de los X-Men (interpretado por Hugh Jackman) que tan poco sabe controlar sus impulsos agresivos.
Según la encuesta, entre los asuntos que más nos sacan de nuestras saquillas no están la incompetencia de nuestros políticos, los grandes desastres humanitarios o la desigualdad, sino que se nos cuelen en una cola, que no nos escuchen o que suba el precio de la gasolina.
Enfocando nuestra ira
Como apuntaba Brad Bushman, profesor de comunicación y psicología de la Universidad Estatal de Ohio, la ira no es necesariamente una emoción negativa. La ira permite que la gente reclame sus derechos cuando son atropellados y nos hace sentirnos fuertes y poderosos en su demanda.
Pero la ira también puede desatarse por asuntos triviales o poco importantes, lo que puede suponer un problema si no sabemos controlarla. Entre las cosas que más furiosos nos ponen se encuentran los atascos, que nos hagan esperar al teléfono o tener que repetir dos veces las cosas a un niño, asuntos que, muchas veces, ni siquiera tienen un causante claro.
Estas son las 30 cosas que más nos molestan.
- Que se te cuelen en una cola.
- La mala educación, en general.
- La gente que no escucha.
- Escupir en público.
- Que nos dejen a la espera al teléfono.
- Los gorrones.
- La gente que piensa que las reglas no se aplican a ellos.
- Usar el teléfono móvil al conducir.
- No decir “gracias” o “por favor”.
- Los traidores.
- Los atascos.
- Las comisiones por sacar dinero.
- Los vagos.
- La gente que llega tarde.
- El exceso de velocidad en áreas urbanizadas.
- El precio de la gasolina.
- Que se manche con lejía nuestra ropa favorita.
- La gente que come haciendo mucho ruido o sorbiendo.
- Las cajas autoservicio de los supermercados.
- El ruido de un taladro un sábado por la mañana.
- La gente que conduce por el carril del medio.
- La ignorancia y la superficialidad.
- Los conductores que ignoran los pasos de cebra.
- Las personas que ocupan dos asientos en los trenes.
- Insultar a la gente por la espalda.
- Tener que repetir las instrucciones a un niño.
- Los fumadores.
- Pagar por usar el baño en las estaciones de tren.
- Los ciclistas que se saltan los semáforos.
- Olvidar los kleenex en la lavadora.
Fuente: El Confidencial