No siempre es recomendable el reposo cuando una persona está infectada con el SARS-CoV-2
Las autoridades sanitarias y la población en general continúan expectantes ante el desarrollo de la pandemia. Con el número de casos disparado, tampoco se puede negar la evidencia: bien sea por la inmunización debido a la vacunación y la reinfecciones, por la menor gravedad que revista la variante ómicron o por ambas, el número de casos graves ha descendido. Por parte de Sanidad y las Comunidades Autónomas, también se han ido cambiando las medidas a tomar, reduciendo por ejemplo la duración de las cuarentenas.
Aun así, los expertos han avisado de que se desconoce cuáles serán las consecuencias a largo plazo de la infección, aunque sea leve. Pero para las personas que enferman y apenas pasan síntomas, a veces se les presenta la duda de cómo deben afrontar la enfermedad más allá del confinamiento domiciliario. Entre otros aspectos, en lo que a educación física se refiere.
Siempre y cuando uno se encuentre bien, puede seguir haciendo ejercicio con normalidad.
Manuel Serrano MartínezMédico internista
Lo cierto es que la OMS, en sus directrices, no aborda la cuestión. En caso de tener que permanecer sano en casa, recuerda la importancia del ejercicio físico para mantener una buena salud en general: para las personas mayores de 18 años, la recomendación es realizar al menos 150 minutos semanales de actividad física de intensidad moderada, o al menos 75 minutos semanales de ejercicio de alta intensidad.
Para obtener beneficios adicionales para la salud, los adultos deben incrementar el tiempo de ejercicio hasta 300 minutos semanales. En el caso de los infectados, recuerda la necesidad de estar atentos a los síntomas y llamar a urgencias si la fiebre sube en exceso o si se tienen dificultades respiratorias. Pero no hace referencia a la actividad física.
Entonces, ¿qué hacer? El internista Manolo Serrano Martínez defiende que, siempre y cuando uno se encuentre bien, puede seguir haciendo ejercicio con normalidad, cumpliendo las medidas adecuadas y nunca fuera de su domicilio. Hay personas a las que no les afecta para nada el haber contraído el virus, mientras que otras se encuentran con dificultades para respirar incluso a la hora de andar.
“Algunos casos de COVID-19 se han manifestado porque el sujeto ha hecho deporte y se ha dado cuenta de que se cansa o le falta el aire con ejercicios que normalmente realiza con facilidad”, añade el experto. Para aquellas personas que no puedan continuar con su actividad física habitual debido a síntomas (más o menos graves) se recomienda que reposen durante los días de confinamiento.
Para evitar ser completamente sedentarios, pueden realizar tareas livianas y moverse durante el día, pero nunca esforzándose de más.
Una vez el periodo de confinamiento haya terminado, no se debe retomar el ejercicio intenso de golpe, porque podría suponer una lesión o incluso recaída además de extender el tiempo de recuperación física. Lo ideal es comenzar con un esfuerzo del 40% al 50% durante la primera semana: una caminata de quince minutos, por ejemplo. Conforme se va reanudando la actividad, se debe prestar atención a posibles síntomas post COVID.
Si uno se encuentra bien, podrá ir intensificando paulatinamente sus entrenamientos, pero si apareciera alguna señal de que no está del todo recuperada, debe consultar con su médico inmediatamente, además de pausar cualquier tipo de rutina de ejercicio.
Fuente: Vanguardia