Hace unos días leí un ensayo publicado por una profesora universitaria que enseña historia de la información, respecto al nivel de dependencia que los periodistas de hoy tienen con Twitter. Ella señala que los tweets se han convertido no sólo en una fuente de referencia sino llanamente en la nueva “vox populi”. La idea claro, es buscar la opinión de gente común para hacer sus historias más accesibles, sin embargo -dice la profesora- muy frecuentemente son los mismos tweets los que se convierten en la historia y es aquí en donde esta situación se vuelve riesgosa, porque muchos de estos tweets no vienen de personas, sino de robots o bien de personas con un objetivo específico.
El ensayo sugiere con claridad que esta práctica influye en la distorsión de la opinión pública, y muchas veces genera reacciones equivocadas. Y que la solución no es deshacerse de la opinión de la gente común, sino asegurarse de que los tweets provengan no sólo de personas, sino de personas comunes.
Todos sabemos que no sólo los periodistas tienen esta dependencia con Twitter, millones de personas comunes están tomando importantes decisiones en su vida con base a lo que la tendencia en Twitter sugiere.
No abandonemos nuestros ideales y valores haciendo caso a todo lo que leemos en Twitter porque al final de cuentas -por ahora- no sabemos a ciencia cierta quién o qué está detrás de esa opinión.
Tomemos distancia y no permitamos que Twitter sea la autoridad que defina nuestra vida.
Mariano Osorio
#Piensa positivo