Leyendo algunos artículos sobre el comportamiento humano, me encontré con uno muy interesante que habla de las razones por las cuales acabamos tomando una mala decisión después de darle mil vueltas a un asunto o problema en que nos vemos envueltos.
El autor señala que una mala decisión es siempre aquella que tomamos a partir de una reacción y no de un deseo o aspiración. Coincido y entiendo muy bien al autor, pues si te fijas una reacción casi siempre viene fundamentada en el miedo, el enojo o la desesperación.
Tal vez si con honestidad hacemos el ejercicio de recordar alguna o algunas de las malas decisiones que hemos tomado en nuestra vida, podremos darnos cuenta de que éstas siempre fueron tomadas desde una consciencia negativa en donde la frustración, el miedo y la desesperanza fueron los motores que impulsaron estas decisiones.
Cultivemos una actitud positiva que nos ayude a tomar mejores decisiones. Cuando tenemos fe y confianza en nosotros mismos generamos la energía que nos da fuerza y sabiduría para enfrentar los desafíos.
Así que si tienes alguna decisión pendiente enfócate solo en resultados positivos y en nuevas posibilidades. Evita reaccionar por impulso y no te abraces al miedo sino a la esperanza. ¡Te sorprenderá la diferencia!
Mariano Osorio
#Piensa Positivo
Es muy bonito y quizás cierto pero cuando hay dolor depresión y enojo es muy difícil ser positivo