Los cambios en la vida de los integrantes de una familia no son tan evidentes al inicio del año, ni siquiera en los cumpleaños, como lo son cuando los hijos inician la vida escolar o cambian de grado.
Cuando nuestros hijos entran al kínder es cuando realmente dejan de ser nuestros bebés, cuando terminan la primaria dejan de ser nuestros niños y así con cada grado escolar nos encontramos todos - papás e hijos- ante nuevos retos y responsabilidades, en donde la implementación de nuevos hábitos y ritmos de vida se hacen necesarios.
Ambos, papá e hijos se preguntan con cierta ansiedad ¿cómo será la nueva maestra? ¿Será linda? ¿Comprensiva? o ¿Exigente y divisoria? ¿Quiénes serán los compañeros de clase? ¿Se perderán algunos amigos? ¿Habrá más tareas?, ¿Nuevas exigencias?
La respuesta a cada una de estas preguntas impactará la vida de toda la familia, para bien o para mal, dependiendo de la actitud de padres e hijos.
Primero que nada, te toca a ti como papá o mamá, tratar de manejar la ansiedad para no aumentar la de tu hijo. Una forma de empezar es pensar que todo estará bien y que todos saldrán adelante.
Mantén en todo momento una comunicación abierta y constante con tu hijo, haciéndole sentir que no está solo en esta nueva etapa. Y lo más importante, establece nuevos hábitos y rutinas que ayuden a satisfacer las nuevas demandas de sueño, alimentación, actividad física y relajación; no solo de tus hijos, sino las tuyas propias.
Y no olvides que modelar con el ejemplo es el mejor camino. Muéstrales un buen manejo de tu propio estrés, el cumplimiento de tus responsabilidades diarias, así como el disfrute de tu tiempo libre.
Mariano Osorio
#Piensa Positivo
es muy cierto que los cambios siempre nos generan estres y si no cambiamos rutinas se nos complica que bueno que nos pueds asesorar en cada momento con grandes consejos