Hace unos días me comentó un conocido que estaba preocupado porque en la última evaluación de su hija en el kínder, le comentaron que la niña de 4 años, tenía problemas para tomar decisiones y que había que trabajar en esa área para que esto no se volviera un problema mayor.
No soy psicólogo ni mucho menos experto en niños, pero sí soy papá y también he conocido y tratado a niños de 4 años y no creo que a esta edad los niños tengan que impresionar a un adulto con su madurez demostrando claramente lo que quieren y lo que no quieren.
Algunas veces las expectativas sobre nuestros hijos rebasan el nivel saludable y esto puede ser contraproducente. Yo creo que las personalidades, el ambiente en que se desenvuelven en casa y en la escuela, si tienen hermanos o si son hijos únicos, influyen, sin duda, en el desarrollo de su madurez. Y algunos de estos factores sino es que todos, son ignorados cuando se realizan ciertas evaluaciones.
La disciplina en lugar del castigo y la paciencia en lugar de la presión, pueden ser un buen camino para ayudar a nuestros hijos a formar una opinión, para luego tomar sus propias y mejores decisiones. Siempre seremos mejores padres guiándolos que siendo sobreprotectores, tratando de arreglar lo que sin duda no necesita arreglo, sino su propio proceso. No debemos esperar que sean iguales o mejores que los demás, sino la mejor versión de sí mismos.
Demos paso a la posibilidad de disfrutar la paternidad con mayor naturalidad y fluyamos a favor del amor en su máxima expresión.
Mariano Osorio
#Piensa positivo
Estoy totalmente de acuerdo contigo Mariano creo que cada niño madura a su tiempo influyendo muchas variables desde la genética, hasta las experiencias que su propia vida les ofrece, y nosotros como papás solo los podemos guiar con paciencia y amor marcando límites claros. Felicidades por tu programa, que Dios te siga colmando de bendiciones