Algunas personas tienden a evitar resolver algunas cosas o responsabilidades, pretendiendo que el tiempo o la suerte las resolverán. Conversaciones no fáciles pero necesarias, facturas que pagar o problemas de salud que atender. Desafortunadamente no por el hecho de ignorarlas desaparecerán y mucho menos se resolverán solas, incluso en la mayoría de los casos estas pueden empeorar.
Por ejemplo la falta de comunicación honesta envenena toda relación, cuando no pagamos a tiempo una deuda los intereses la duplican y ciertamente los síntomas no atendidos podrían convertirse en una enfermedad grave.
Si acaso eres de esas personas que pospone varias veces la resolución de un problema o buscas evadirlo con una salida fácil que no implique ninguna acción o compromiso de tu parte, te sugiero que lo pienses bien, porque esta actitud siempre ira en contra de tus planes y aspiraciones en la vida. Esta negligencia se transformara en la pérdida de oportunidades y en un cúmulo de estrés inmanejable.
¿Qué hacer para evitarlo? Antes que nada reconocerlo, darnos cuenta de que tendemos a ignorar nuestras responsabilidades bajo cualquier pretexto, idea o razonamiento injustificado.
Luego escribamos nuestras asignaturas pendientes, identifiquemos su prioridad y empecemos a resolverlas una por una ¡hoy mismo!
Mariano Osorio
#Piensa Positivo