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Mamá:
De ti he aprendido lo bravo y lo bonito de la vida. Me hiciste conocer la luz que alumbra los caminos a pesar de la inmensa bruma que nos cobija. De ti aprendí el cariño para dar sin esperar que sea devuelto. De ti el tesón por conseguir lo que de inicio parecía imposible. Cada paso desde mi pequeñez, cada vocal que se convirtió en palabra para aprender a decir te amo, para aprender tu lenguaje, te los agradezco. Para ti no tengo más que un racimo de luciérnagas tomadas de este cielo triste de mayo. Para ti toda la luz, mi amor y agradecimiento. Felicidades, Ceci. Eres lo más bonito de mi vida. -
De: Jessica Legorreta. Para: Socorro Vázquez.
Mamita, por medio de esta carta te quiero expresar todo mi amor tan grande que te tengo y agradecerte una y mil veces por tu labor excepcional de madre. Por todas las cosas que has hecho por mi desde antes que naciera, durante toda mi infancia y ahora en mi adolescencia por no dejarme sola en ningún momento, es la etapa en la que más te necesito y me siento completamente feliz y agradecida con Dios por poderme dar el maravilloso regalo de tenerte como madre, después de eso ya no puedo pedir más porque lo tengo todo y aún mejor.
No cualquier persona tiene el honor de poder decir que tiene a una madre excepcional, pero yo si lo tengo y me lleno la boca de orgullo, lo gritaría a todo el mundo, quiero que todos se enteren que tengo el gran honor de poder llamarte MAMÁ. TE AMO. -
Aquí en este medio
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Mamá:
Esta carta, mas que para decirte cuanto te amo y te admiro, es para recordar una de esas anécdotas que tú lograste quedaran grabadas no solo en la memoria sino en el mismo centro de mi corazón. Y tiene que ver contigo y con mi primera experiencia con el amor (y el dolor).
Tiene que ver con un niño que conoces bien y lo conoces bien porque esta hecho con un pedacito de tu corazón y con muchos desvelos, con muchas preocupaciones, con risas y seguramente también con algunas lágrimas.
Ese niño tuvo su primer amor a los 10 años. No he de dar muchos detalles (porque incluso habrá algunos que no recuerdo) pero puedo decir que ella iba a la primaria en las mañanas, mientras el se las veía negras con el maestro Benito, por las tardes. Seguramente esos niños eran mas vecinos que amigos cuando un día, el niño del que te hablo, haciendo acopio de todo el valor que pueda tener un chamaco a esa edad y además de apretar fuertemente un llavero de pata de conejo que llevaba en el bolsillo de su pantalón, le preguntó si quería ser su novia. Ella dijo que si y le dio un beso de esos de piquito de pollo que saben a leche y miel, llenos de inocencia y nervios. Siendo el primero de dos besos que se dieron en ese breve romance que tuvo su fin aproximadamente tres meses después, un triste día cuando aquel dulce SI, se convirtió en un terrible: “mi mama ya me regaño y mejor somos amigos otra vez”.
Recuerdas a ese niño mamá?? Aquel al que le hiciste con tus manitas un disfraz de oso (ó era perro?) para un festival de primavera en la escuela, ese niño que se enfermaba muy seguido de las anginas y se echaba a correr ante las inevitables inyecciones, ese niño que algunas personas decían era el que más se parecía a ti.
Ese niño que ahora te escribe y que hasta ese entonces no había vivido nada más doloroso.No recuerdo si le respondí algo a la niña sólo tengo claro que después de eso en unos minutos yo estaba tirado en mi cama llorando desconsolado por la profunda herida que me había hecho una niña que había robado mi pequeño corazón para luego romperlo en pedacitos (bueno así lo veía yo en ese momento).
Y es ahí donde esta historia cobra verdadera importancia, porque es ahí donde tu apareciste y la manera tan mágica con la que tu levantaste los pedacitos de mi corazón y los pegaste con un resistol que solo tienen las mamitas.
Estaba yo derrumbado (en todos los sentidos) sobre mi cama, cuando sentí que te sentaste a mi lado mientras tus deditos revolvían mi cabello. Yo solo alcanzaba a balbucear lo que había sucedido. Levantándome como pudiste y tomando mi cara empapada de lágrimas me miraste con tus preciosos ojitos verdes (que ahora entiendo son de un verde esperanza) y me dijiste:
No llores hijo, debes estar contento, acabas de conocer al amor y lo conociste muy chiquito, hay gente que se tarda años en conocerlo o de plano no lo conocen nunca. Y mira tu tan chamaco y ya lo conoces. Ahora también sabes que en ocasiones el amor también duele pero ni modo así es y aún así es bonito.
Yo te miraba encontrando en tu rostro ese sentimiento del que me hablabas y de verdad me lo hiciste sentir. Después me preguntaste:
-al menos le diste un beso?
Y yo asentí orgulloso diciéndote si, fueron dos . Sonreiste y me abrazaste diciendo:
-mira que canijo saliste hasta beso te tocó. Ya viste. Sonríe por lo que pasaste y recuérdalo como algo bonito, cómo tu primer amor. Y andale ya limpiate esa cara para que me acompañes.
Y nuevamente haciendo un acto de magia me llevaste a comprar unos tenis (Eurostar, lo recuerdo perfectamente) que en algún momento te dije que me gustaban y me habías dicho que se los pidiera a los reyes. Pero en ese momento tu te convirtiste en una Reyna Mágica y con algún guardadito que seguramente tenías destinado para otra cosa, tu me los regalaste. Fue increíble.
Nunca más he vuelto a llorar de esa manera por nada ni por nadie, aunque sienta ganas de hacerlo. Seguramente por que lo que más extrañaría sería esa magia que Tú, mi madre derramaste para mi aquel dia.
Lo que si, es que he procurado en todo momento sentir el amor como tu me lo enseñaste mamá. Y en la medida de lo posible demostrarlo en cada oportunidad, principalmente con mis hijos.
Gracias por tu amor y tu magia.
Te Amo Mamá!!!
Rubén Granados R.
Mamá la palabra más bonita pronunciada por el ser humano, el amor que nos llevo dentro, el amor que siempre nos cuido sin importar la hora, ese amor que nos dió la vida sabiendo que la suya la ponía en riesgo, ese amor que jamás nos abandono, es el amor más puro y verdadero, es el amor al que muchas veces olvidamos por otro amor, que cuando caemos cura nuestras heridas y cuando nuestras alas se rompen con sus plumas nuestras alas repara y que aún olvidándola como lo hacemos ella nunca de su corazón nos olvida, este amor es incomparable es el amor más sincero que DIOS nos dió, este amor no es equiparable a ningún amor en la imaginación porque el amor de una madre es inigualable con el cual desde que nacemos DIOS nos dió su bendición. Te amo mamá