El próximo domingo se festeja el día del padre y esta es una buena oportunidad para que las mamás divorciadas que no aceptan de buena forma que sus hijos tengan una relación con su padre, reflexionen sobre ello. Pues a menos que existan suficientes razones de abuso o negligencia de parte del padre, los hijos siempre necesitarán mantener una relación cercana con él.
Lo que más desean y necesitan los hijos de padres divorciados es mantener una relación sana y fuerte con ambos, al mismo tiempo que sentirse blindados de los conflictos conyugales. Sin embargo, algunas mamás, en un esfuerzo por reforzar su nueva identidad crean la expectativa de que los niños elijan un bando.
Y en situaciones más extremas, fomentan el rechazo del niño hacia el padre, sin tomar en cuenta que los niños tienen el deseo innato de amar y ser amados por ambos padres.
Si acaso existe el interés del padre por mantener una relación con ellos después del divorcio y no existe una razón de peso para que lo haga, te sugiero que no te empeñes en obstaculizarla y trabajes en la posibilidad de separar tus conflictos de pareja y enfocarte en las necesidades de tus hijos.
Demasiados estudios y ejemplos vemos todos los días sobre los efectos severos de la separación y ausencia de los padres en la vida de los niños: la baja autoestima, el no aceptarse a sí mismos, la falta de confianza, la depresión y el abuso de sustancias y otras formas de adicción.
Recuerda que el odio no es un sentimiento que nace naturalmente en la gran mayoría de los niños; tiene que ser enseñado y enseñarle a un hijo a odiar o tener miedo a su padre - sin justificada razón - representa un peligro grave y permanente para su salud mental y emocional.
Mariano Osorio
#Piensa Positivo
Buen artículo.