Vivir en familia, mantener un hogar en armonía, con amor y comunicación no es lo más fácil, pero sí un bello reto espiritual.
La convivencia familiar en medio de diversos tiempos, necesidades e intereses de cada uno de los integrantes genera, en muchas ocasiones un ambiente de disputa frecuente que puede afectar los lazos familiares.
Es muy común que a la hora del desayuno, comida o la cena ya sea a uno o a más integrantes se les ocurra hacer las reclamaciones pendientes y romper el ambiente de unión.
Como lo hemos mencionado, la práctica de la respiración profunda, lenta y en silencio provee a tu mente de serenidad, te libera de tensión, te hace receptivo y dejas de sentir la necesidad de luchar contra los demás.
¿Qué te parecería establecer un espacio de respiración y relajación en tu casa en el cual estuviera prohibido hablar y sobre todo gritar? Tal vez tener una silla o un cojín en el piso, un mueble o mesa con una flor, una campana como en los salones de meditación que es utilizada para anunciar que está comenzando el momento del silencio; esto ayudará a quienes están en casa a apreciar lo que papá, mamá o alguno de los hijos está haciendo para evitar una discusión.
#PiensaPositivo