Érase una vez un sultán, a quienes sus súbditos querían pues jamás salía del palacio sin realizar una buena acción. Pero un día, el sultán cayó enfermo, y los súbditos rodearon su palacio, a la espera de tener noticias sobre su enfermedad. Al fin el buen soberano, recobro la salud y pudo salir y pudo salir a dar uno de sus habituales paseos y, como viese a un anciano plantando una palmera, le dijo:
-¿Cómo, a tus años, plantas un árbol así? ¿no sabes que tardará mucho en crecer y no disfrutarás de sus frutos?
-Lo sé, mi señor. Pero no es menos cierto que nosotros comemos los frutos de los árboles que otros plantaron. Es justo que, si ellos se esforzaron por nosotros, hagamos lo mismo para los que van a sucedernos.
Maravillado por la respuesta, el sultán hizo dar al anciano cien monedas de plata.
Las aceptó el hombre, con gran contento, y le dijo a su soberano:
-¿Habéis visto, señor, que pronto dio frutos mil palmera?
Maravillado de nuevo el sultán, entregó al hombre por segunda vez otras cien monedas de plata, que el viejo recibió llorando de gratitud.
-¡Oh sultán!, lo más extraordinario de todo es que la palmera solo da frutos una vez al año, y la mía me ha dado dos, en menos de una hora.
El sultán, sonriendo se alejó presuroso, pues temió quedarse en la miseria, si seguía premiando la sabiduría del anciano, al que no olvidó y volvió a consultar en otras ocasiones, pues comprendió que nada es tan admirable como la experiencia.
#PiensaPositivo
Me encanta tu voz desde pequeña te escuchaba y aun cuando tenia un hogar mi hija la más pequeña me preguntaba que cómo eras? Y ella decía llamarse Mariana creo que era porque siempre escuchaba Mariano Osorio gracias Mariano