“Tu única obligación es estudiar y prepararte bien porque en esta casa no hay un papá que vea por tu futuro.”
Yo tenía siete años y mi padre había fallecido dos años antes...
Recuerdo claramente el miedo que las palabras de mi madre me causaron como primera reacción, pero también recuerdo que al momento de mirarla a los ojos, ese miedo se disipó y me sentí fuerte…, con esperanza y sobre todo con un deseo enorme de poder darle lo mismo que ella seguía a mí y a mis hermanos: sustento, seguridad, amor y sobre todo el gran ejemplo de volver a empezar de cero.
Ésta fue mi primera elección positiva a partir de una experiencia adversa.
Por esos años surgió también mi fascinación por la radio, pasaba horas enteras escuchando diferentes programas. Imaginaba todo el tiempo cómo sería el dueño de esa voz que yo escuchaba, cómo hacía esa persona para saber todo lo que ahí decía y transmitirme emociones, colores, sabores e imágenes.
¡Lo soñé! hice planes para trabajar en la radio, lo busqué y aquí estoy con el deseo más profundo de seguir aprendiendo cada día y sobre todo, sobre todo, nunca dejar de soñar.
Si tu mente está clara y tu corazón sereno, nada perturbará el logro de tus sueños para lograr esa vida llena de pasión y de magia cada día, cada momento.
Tengo amor incondicional por mi familia, por mi trabajo, por mi país, por su gente, por los animales y por el ¡mundo!
Intento aprender de la adversidad cuando ésta se presenta, encontrar el mensaje que en ella viene a mi vida y así retomo el cuidado de mi caminar diario… de mi fe.
Vivo el presente, siento el significado de la vida en cada pensamiento, en cada acción y en cada instante de mi vida. Intento enfocar mis primeros y últimos pensamientos del día en agradecimiento por lo que tengo, por quien me ama, por quien amo, por lo que hago o por lo que haré.
Empiezo por tener pensamientos de abundancia en relación con mi vida espiritual, el amor, la amistad, el bienestar de mi familia, salud, bondad y de forma natural el bienestar llega a mí.
Trato especialmente de imitar a los niños, su felicidad por la vida simple, su sonrisa franca al amanecer y su dulce armonía al dormir.
Aprendo de su creatividad, de su imaginación y sobre todo de su infinito amor a sus seres queridos.
Y cuando viajo conscientemente dentro de este camino, lo comparto e invito a todo aquel que conozco a recorrerlo conmigo.
Porque cuando yo muera, si voy al cielo o a otra vida, donde sea que esté, quiero ser ahí exactamente como quiero ser hoy aquí, en la Tierra.
#PiensaPositivo
Magníficas reflexiones sacude la vida