Las mujeres que son víctimas de una infidelidad salen ganando a largo plazo, ya que su inteligencia de pareja (la inteligencia emocional en el marco de la pareja) sale reforzada tras la ruptura de la relación, lo que les permitirá elegir mejor en el futuro. Eso es lo que se desprende de una investigación publicada por Science Daily y llevaba a cabo por la Universidad de Binghamton (Nueva York, EU) y la University College de Londres.
Según explica el antropólogo biocultural Craig Morris, autor principal del estudio, su tesis “es que la mujer que pierde a su pareja porque esta se marcha con otra persona pasará tras la ruptura un periodo de dolor, pero saldrá de esa experiencia con una inteligencia de pareja superior que, en el futuro, le permitirá detectar mejor las señales que indican que un posible compañero no es el adecuado. Por lo tanto, a largo plazo, ella gana”. “Sin embargo, la otra mujer pierde, ya que se queda con una pareja que posee un historial demostrado de engaño e infidelidad”, añadió el profesor Morris.
Los investigadores, que basaron sus conclusiones en los resultados de una encuesta de carácter anónimo entre 5.705 personas de 96 países diferentes, consideran que una infidelidad seguida de una ruptura puede suponer una evolución adaptativa y resultar también beneficiosa en términos de crecimiento personal.
Aunque el estudio se centra en las mujeres y no menciona si sucede algo parecido en aquellos casos en que es el hombre quien sufre la infidelidad, el antropólogo biocultural sí especificaba: “Si hemos evolucionado para buscar y mantener relaciones, parece lógico pensar que hemos desarrollado mecanismos y respuestas ante el final de una relación, ya que más del 85% de las personas experimentarán al menos una a lo largo de su vida”.
El profesor Morris ya publicó en la revista Evolutionary Behavioral Sciences, las conclusiones a la respuesta de quién tarda menos en recuperarse de una ruptura de pareja: ¿los hombres o las mujeres?
La tesis fue que, si bien las mujeres sufren un mayor impacto emocional e incluso físico debido a la ruptura –“ya que ellas suelen ser más selectivas a la hora de elegir a un compañero de calidad, y la pérdida de ese compañero de calidad duele más”, según el profesor Morris–, ellas solían recuperarse antes que los hombres y además se volvían más fuertes a nivel emocional.
“El hombre probablemente sentirá la pérdida profundamente y por un periodo muy largo de tiempo a medida que entiende que debe ‘empezar a competir’ de nuevo para reemplazar lo que ha perdido. O incluso peor: puede llegar a la conclusión de que la pérdida es irremplazable”, concluyó al respecto el investigador de Antropología de la Universidad de Binghamton.
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