La heroína ha dejado de ser la droga de la década de los 80 y ha vuelto con más fuerza que nunca. En EU ha adquirido tintes de verdadera epidemia. El año pasado murieron por sobredosis de opiáceos 52.400 personas, más estadounidenses que en los 19 años de la guerra de Vietnam.
Y en Europa la ONU alerta que se está viendo un repunte del consumo de este estupefaciente y que tarde o temprano la pandemia norteamericana acabará llegando al Viejo Continente.
Ante este panorama la ciencia está a punto de otorgarnos un arma inesperada para luchar contra lo que se nos viene encima; una vacuna que podrá ser utilizada para tratar a adictos a la heroína, bloqueando el "subidón" después de administrarse el estupefaciente. Ahora mismo ha demostrado su eficacia en ensayos con primates y permanecer activa hasta ocho meses después de su inoculación.
La investigación acaba de ser publicada en el Journal of the American Chemical Society y está siendo desarrollada por el Scripps Research Institute de California. Se trata de la primera vacuna contra un opiáceo que llega hasta este estado de desarrollo, a las puertas de los ensayos con humanos, que se espera que empiecen en breve.
El problema con las drogas radica en que el sistema inmunológico no reconoce de forma natural que las moléculas (en este caso de la heroína) son peligrosas para el organismo. La vacuna enseña al sistema inmune a reconocerla como un ataque al cuerpo, produciendo anticuerpos una vez que la detecta en la sangre.
De esta manera, impediría que las moléculas llegaran al cerebro, donde activan los receptores relacionados con el placer, provocando el "subidón" que buscan los adictos. Y si no hay placer no hay motivación alguna para tomar heroína o cualquier otro opioide.
Si se aprueba la vacuna debería ser administrada a los adictos, subiendo las posibilidades de rehabilitación, según los autores de la investigación.
¿Se pueden desarrollar vacunas contra otro tipo de drogas? Ya hay otras en camino con resultados ilusionantes, como la de la cocaína, que también se ha ensayado en primates.
La moléculas de otras drogas como el alcohol o los son menos propicias para el desarrollo de una vacuna pero no cabe duda de que se abre otro frente en la lucha contra la adicción a las drogas.
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Fuente: HealthDay News