Los niños superdotados son aquellos que tienen una inteligencia y habilidades superiores en comparación con los niños de su misma edad. Su IQ, coeficiente intelectual, es mayor que el de la media, la cual abarca un rango entre 85 y 115, siendo 100 el promedio.
Los niños que presumen una inteligencia brillante tienen un IQ de 120-129; los moderadamente dotados de 130 a 144; los altamente dotados de 145 a 159 y los excepcionalmente dotados de 160 o más.
No obstante, antes de realizarle una prueba estandarizada para conocer su IQ, existen varias señales que pueden evidenciar que tu pequeño es un niño superdotado, y entre ellas destaca su falta de sueño.
De acuerdo con un estudio publicado en Developmental Psychology, los niños que tienen puntajes de inteligencia más altos suelen disfrutar de menos horas de sueño.
La experta en niños superdotados Colleen Kessler explica que esta falta de sueño por las noches se debe a que sus cerebros se mantienen en constante actividad, de tal forma que cuando llega la hora de ir a la cama, parece que no pueden dejar de pensar.
A la hora de dormir todavía tienen la energía y curiosidad suficiente para leer, escuchar música, preguntarse cosas, apasionarse con un proyecto o cualquier actividad que los mantenga activos, algo totalmente contrario a la acción de acostarse y estar quietos en la cama.
«No pueden hacer algo para distraer sus cerebros el tiempo suficiente para que la fatiga se apodere de ellos, entonces continuarán acostados en la cama tan estimulados y despiertos como si fuera la hora del almuerzo»
En este sentido, la psicóloga Carol Bainbridge advierte que los niños superdotados tienen la habilidad de sumergirse en sus pensamientos y buscar soluciones o explicaciones a cualquier cosa que hayan descubierto ese día o que les cause interés o curiosidad.
Por esta razón, no funciona mucho apagar las luces y esperar a que a los pocos segundos concilien el sueño, ya que su cerebro está funcionando a mil por hora.
Muchos niños lo describen como incapaces de desconectar sus cerebros. Simplemente no pueden dejar de pensar.
Muchos niños, dotados o no, pueden tener dificultad para conciliar el sueño, la diferencia con los que presumen una inteligencia superior es que esta falta de horas de sueño no les afecta en su rendimiento al día siguiente. Siguen igual de alertas y activos que sus compañeros que duermen más tiempo.
Además de este rasgo explorado por varios psicólogos, la Asociación Nacional para Niños Dotados menciona que existen otros patrones que te pueden ayudar a descubrir si tu hijo presume una inteligencia extraordinaria como:
- Aprender a leer a una edad temprana y tener un gusto especial por la lectura.
- Tener poder de abstracción.
- Ser independiente.
- Aceptarse a si mismo y no preocuparse por las normas sociales.
- Contar con sensibilidad o empatía hacia los sentimientos de los demás.
- Tener expectativas de sí mismo y de los demás, que cuando no se cumplen lo conducen a sentimientos de frustración.
- Tener un alto sentido de la justicia.
- Ser espontáneo.
- Tener una curiosidad insaciable
- Resistirse a cambiar de actividad cuando está absorto en sus propios intereses
- Preguntar o hablar mucho
En caso de que creas que tu hijo es superdotado lo mejor es que te dirijas con un experto para que analice la inteligencia de tu pequeño y así se busquen las mejores opciones y alternativas para que continúe aprendiendo y explote todo su potencial.
Fuente: Vix