Las galletas con chispas de chocolate nacieron en 1930 en una vieja casa colonial de Massachusets, en Estados Unidos habitada por Ruth Wakefield y su esposo, que en ese mismo año decidieron poner una pequeña fondita, y pronto las recetas de cocina casera y los deliciosos postres de Ruth comenzaron a atraer a muchos clientes.
Habitualmente Ruth usaba el chocolate para hacer sus famosas galletas, hasta que un buen día se quedó sin el chocolate necesario para hacerlas así que tuvo que recurrir a una barra que le había regalado Andrew Nestlé.
La cortó en trocitos y los añadió a la masa, pensando que se fundirían y el resultado sería el mismo que de costumbre. Sin embargo, los pedazos mantuvieron su forma y se volvieron cremosos.
El resultado fue todo un éxito, por lo que Ruth comenzó a aparecer en los periódicos y ahí contaba cómo es que realizó las famosas galletas de chispas de chocolate de las que todo el mundo hablaba.
Esto hizo que las ventas del señor Nestlé se incrementaran y visitó a Ruth para llegar a un acuerdo: él imprimiría la receta de las galletas en la envoltura de las barras de chocolate a cambio de que ella utilizara todo el chocolate que necesitara a lo largo de su vida.
Gracias a este acuerdo es que las galletas con chispas de chocolate se volvieron famosas alrededor del mundo.
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