La genética es un papel sumamente relevante en la inteligencia. Y, si alguna vez te has preguntado de quién has heredado tu coeficiente intelectual, debes agradéceselo solo a tu madre, ya que, de acuerdo a diversos estudios científicos, las madres son las principales responsables de transmitir este gen determinante a sus hijos.
Esta afirmación funciona para contradecir muchos de los prejuicios de género que se encuentran presentes en la actualidad y están asociados a que la inteligencia de las mujeres es inferior a la de los hombres.
La revista especializada Cultura Científica, publicó una teoría del científico estadounidense Robert Lehrke, en la que asegura que gran parte del componente intelectual de los individuos está ligado al cromosoma X.
Los hombres tienen un cromosoma X heredado de la madre y otro Y heredado del padre (XY), mientras que las mujeres tienen dos cromosomas X (XX) por lo que las madres tendrían el doble de posibilidades a la hora de heredar rasgos que se identifican con la inteligencia.
Cromosoma X: esencial en el desarrollo cognitivo
Uno de los primeros estudios sobre el cromosoma X lo realizó la Universidad de Cambridge en el año 1984, en los que los científicos llegaron a la conclusión de que los genes de la madre aportan más información para el desarrollo de las estructuras cerebrales asociadas con el pensamiento y las operaciones mentales.
Para alcanzar tal conclusión, modificaron genéticamente ratones de laboratorio con una dosis adicional de genes maternos. Como resultado, estos ratones desarrollaron una cabeza y un cerebro más grandes, pero tenían cuerpos pequeños. Luego dieron una dosis de genes paternos a los ratones y estos desarrollaron cerebros pequeños y cuerpos grandes.
Otro estudio realizado en el Medical Research Council Social and Public Health Sciences Unit de EU entrevistó desde el año 1994 a 12.686 jóvenes de entre 14 y los 22 años para revelar si el coeficiente intelectual era similar al de sus madres.
Los investigadores tomaron en cuenta factores como la educación y el nivel socio-económico. El resultado arrojó que el mejor indicador de la inteligencia era el CI de la madre. De hecho, la relación de la inteligencia de los jóvenes varía solo un promedio de 15 puntos a la de sus madres.
Si bien las madres hacen su aporte genético, esto no significa que seamos o no inteligentes exclusivamente por ello. De acuerdo a Psycology Spot, entre un 40-60% de la inteligencia es hereditaria, por lo que el porcentaje restante depende del entorno, la estimulación y las características personales.
Además, si un niño tiene un coeficiente intelectual alto, debe ser apoyado y estimulado con nuevos desafíos durante toda la vida tanto por sus madres como por sus padres por igual, ya que de lo contrario esa inteligencia se estancará. El coeficiente intelectual con el que nacemos es importante, pero no decisivo.
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Fuente: Vix.com