Jugar con tus hijos desde que son pequeños (y no tan pequeños) cambiará su desarrollo a mejor.
Desde siempre los niños pequeños se han quejado de la falta de tiempo de sus padres para jugar con ellos. Los padres no tienen tiempo y parece que jugar con sus hijos nunca es una opción prioritaria, pero la realidad es que es para los adultos tan importante como cocinar o para entenderlo mejor, para los niños, igual de importante como cepillarse los dientes. Padres y niños deberían jugar todos los días juntos.
Mínimo 20 minutos al día
Los niños necesitan jugar un mínimo de 20 minutos al día con sus padres, pero este tiempo no tiene que quedarse ahí, no hay que poner un cronómetro… Solo hay que disfrutar. Cuando los padres juegan con sus hijos se mejora el humor de los niños y también el de los padres. Las rabietas se disminuyen a la mitad, los niños tienen mejor autoestima y sentimiento de pertenencia. La familia es más feliz en general.
A través del juego se transmiten valores a los niños y aparecen oportunidades de aprendizaje que de otra manera simplemente no existirían. Además, aunque muchos adultos no lo crean, para los niños, sus padres SIEMPRE serán los mejores compañeros de juego. Eso sí, para que el juego sea verdadero y todo esto sea beneficioso para todos, es necesario que los padres se centren completamente en sus hijos, sin el móvil en la mano o sin pensar en otras cosas. Hacer que ese tiempo, el que sea, sea absolutamente especial para sus hijos.
Mejor vínculo afectivo
Jugar con tus hijos mejorará el vínculo afectivo, los lazos emocionales serán mucho más estrechos y se crearán habilidades esenciales para la vida. Este tiempo es como un ensayo que los niños necesitan para potenciar habilidades que podrán aplicar en su vida en el futuro (creatividad, paciencia, toma de turnos, habilidades sociales, imaginación, resolución de problemas, control y regulación emocional, etc).
Los niños necesitan espacio y tiempo. Jugar implica ensuciarse, desordenar, ensuciar las cosas, hacer ruido y reír. Después ya se limpiará o se recogerá, pero jugar es todo eso y sin normas claras, mejor.
No te pienses que solo es bueno jugar con tus hijos cuando son pequeños, incluso en la adolescencia necesitan compartir ese tiempo especial contigo. Los juegos de mesa, el deporte, montar en bicicleta, cocinar juntos… Siguen siendo actividades importantes para realizar en familia y que os ayudarán a tener un fuerte vínculo que os una para siempre.
Fuente. Agencias