Los frenos nacen y funcionan bajo un principio esencial: generar fricción en la llanta en movimiento para disminuir la velocidad de un vehículo.
Esta interacción entre el frenado y el movimiento de un vehículo puede ser entendida como un intercambio de energías, esto se conoce como energía cinética, y la operación para hacer el frenado se le llama energía de calor.
Una vez que la energía de calor choca con la energía cinética, el auto se detiene.
Todos los sistemas de frenado comparten este principio básico de la física, generar fricción. Sin embargo, existen tres tipos de frenos:
Frenos de tambor, que son los que ejercen la fricción en las llantas en movimiento a través de una especie de pinzas colocadas dentro de la llanta que al presionar el pedal de freno se abren para generar calor en la llanta .
Frenos de disco: estos aplican la fuerza de fricción mediante presión interna a un disco colocado en el interior de la llanta mediante unas pinzas conocidas como calipers que aprietan las pastillas de freno, esto mejora la superficie de fricción de cada llanta.
Frenos Hidráulicos: este tipo frenos utiliza un líquido presurizado que genera fricción contra las llantas que se distribuye mediante un cilindro maestro cada que se pisa el pedal.
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