Hay algo peculiar en los espejos, nos dan la oportunidad de vernos a nosotros mismos tal y como nos ven los demás.
Hay muchas supersticiones relacionadas con los espejos, incluyendo aquella que dice que si rompes uno, tendrás siete años de mala suerte.
Los romanos son los responsables de esto, ya que creían que la vida se renovaba en ciclos de siete años. Ellos sostenían que si rompías un espejo, tu alma se quedaría atrapada entre los pedazos y no sería liberada hasta que llegase el siguiente ciclo de vida. Pero también había formas de romper la maldición como recoger todas las piezas y enterrándolas en el suelo o arrojándolas a un río con una corriente fuerte.
En Pakistán, por ejemplo, romper un espejo o un vaso en una casa es un buen presagio. Significa que el mal está saliendo de tu hogar y la buena suerte se acerca.
A menudo se creía que los espejos absorbían y almacenaban lo que reflejaban para usarlo después , esto se cree que podría ser el origen del famoso cuento del espejo de Blancanieves. Se creía que la verdadera Blancanieves fue en realidad una baronesa bávara cuyo padre se volvió a casar en 1743.
La nueva madrastra, recibió un espejo de su nuevo esposo a modo de regalo. Se decía que era un "espejo parlante", ya que los espejos hechos en la región bávara de Lohr, en la Alemania moderna, eran de tal calidad que se creía que siempre decían la verdad. El espejo real de este cuento de hadas todavía se puede ver hoy en el Museo Spessart, en Alemania.
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