Un grupo de neurocientífico ha examinado cerebros de ratones conscientes e inconscientes utilizando una técnica llamada microscopia de excitación de dos fotones, una técnica de proyección de imagen fluorescente que permite la imagen de tejido vivo hasta una profundidad de un milímetro.
Cuando los ratones se durmieron, sus células cerebrales en realidad se encogieron, expandiendo los espacios entre ellas en un 60 por ciento. Fue entonces cuando el líquido cefalorraquídeo entró y limpió los desechos y toxinas acumuladas en el cerebro.
Durante el sueño, el líquido cefalorraquídeo se bombea alrededor del cerebro y elimina los productos de desecho. El proceso ayuda a eliminar los detritos moleculares que las células del cerebro producen como parte de su actividad natural, junto con las proteínas tóxicas.
Este proceso se ve facilitado por el sistema glinfático, una suerte de red de tuberías que conduce el material de desecho fuera del cerebro. Los científicos, que tomaron imágenes de los cerebros de los ratones, demostraron que el sistema glifático se volvió 10 veces más activo cuando los ratones estaban dormidos.
Aunque el sistema linfático es responsable de eliminar proteínas extracelulares, exceso de fluido y productos de desecho del metabolismo del tejido periférico, curiosamente, el cerebro y la médula espinal carecen de vasculatura linfática. El sistema glinfático es la razón por la que el tejido nervioso del sistema nervioso central funciona en ausencia de la circulación linfática convencional.
Esta red de vasos, pues, es específico del cerebro, ya que el sistema linfático lleva a cabo el lavado de toxinas en el resto del cuerpo, que no puede hacer que sus poderes de limpieza pasen la barrera hematoencefálica. El término de sistema glinfático fue acuñado por la neurocientífica danés Maiken Nedergaard dada la dependencia del sistema en las células gliales.
Se cree, de hecho, que la acumulación de productos de desecho en el cerebro conduce a la enfermedad de Alzheimer y otras formas de demencia. No en vano, uno de los productos de desecho que se extraen del cerebro durante el sueño es el beta amiloide, la sustancia que forma las placas pegajosas asociadas con la enfermedad de Alzheimer.
Todavía es solo una hipótesis, pero resulta fascinante que los trastornos del sueño puedan desempeñar un papel clave en el mal de Alzheimer, la enfermedad de Huntington, el mal de Parkinson y otras enfermedades neurodegenerativas.
El sistema glinfático también se ha asociado con la enfermedad autoinmune. Los investigadores sabían que el sistema inmunológico tiene un acceso limitado al cerebro. Al mismo tiempo, el sistema inmunológico mantiene un control sobre el estado del cerebro, aunque nadie sabía exactamente cómo. Algunos investigadores teorizan que el sistema glinfático podría ser el conducto de enfermedades como la esclerosis múltiple (en la cual el sistema inmunológico ataca ciertas células del cerebro).
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Fuente: Xacata