La música en vivo aumenta la autoestima, la cercanía con los demás y, sobre todo, la estimulación mental, todo lo cual contribuye al bienestar. La afirmación de que asistir a conciertos quincenalmente puede prolongar la vida 9 años proviene de un estudio de 2018 realizado por O2 y la Universidad Goldsmiths. A continuación, se presenta una visión más amplia de cómo la música en vivo puede contribuir a la salud y el bienestar, basada en los hallazgos del estudio y una investigación más amplia.
La música en vivo fomenta las emociones positivas y reduce el estrés. El estudio O2 reveló que 20 minutos en un concierto aumentaron la sensación de bienestar en un 21 %, con mejoras específicas en la autoestima (25 %) y la estimulación mental (75 %). La música desencadena la liberación de dopamina, fomentando la alegría y la relajación, lo que puede reducir los niveles de cortisol y, potencialmente, reducir el estrés crónico y la salud.
Los conciertos fomentan el sentido de comunidad, combatiendo la soledad, un factor de riesgo conocido de mortalidad. El estudio observó un aumento del 25 % en la sensación de cercanía con los demás. Las experiencias compartidas, como cantar o bailar con público, fortalecen los lazos sociales, lo cual, según las investigaciones, se relaciona con una mejor salud cardiovascular y una mejor función inmunitaria.
La música en vivo estimula el cerebro a través del ritmo, la melodía y la anticipación, proporcionando ejercicio mental. El estudio reportó un aumento del 75% en la estimulación mental, lo que podría favorecer la reserva cognitiva. La actividad mental regular se asocia con un menor riesgo de demencia y deterioro cognitivo relacionado con la edad, lo que indirectamente favorece la longevidad.
Los conciertos suelen incluir movimiento como bailar, aplaudir o estar de pie, lo que puede aumentar la frecuencia cardíaca y quemar calorías. El estudio O2 sugirió que la actividad física en un concierto es comparable a la del ejercicio ligero. Está bien documentado que la actividad física regular mejora la salud cardiovascular, el metabolismo y la vitalidad general, contribuyendo a una vida más larga.
Los efectos calmantes de la música pueden mejorar la función inmunitaria. Investigaciones, incluyendo estudios citados por la Asociación Americana de Psicología, demuestran que la música puede reducir las hormonas del estrés y potenciar marcadores inmunitarios como la IgA. Al reducir la inflamación y favorecer la salud inmunitaria, la asistencia regular a conciertos podría promover indirectamente la longevidad.
En conclusión, la vibrante energía de la música en vivo no solo te levanta el ánimo, sino que también puede alargar tu vida. Al potenciar el bienestar emocional, fomentar los vínculos sociales, estimular la mente e incluso incluir algo de actividad física, los conciertos ofrecen una sorprendente receta para la longevidad.