Según Benjamin Beit-Hallahmi, profesor de psicología en la Universidad de Haifa, en Israel, el perfil mayoritario del ateo de hoy en día suele ser un varón, con mayores niveles de educación e ingresos y liberales, pero también más infelices y más alienados de la sociedad.
Para el biopsicólogo y escritor Nigel Barber, estas personas tienen más probabilidades de vivir en una ciudad que no en un área rural, porque las ciudades tienden a ser más prósperas y, como tal, sus habitantes sentirán menos apego a la religión. De hecho, se piensa que para el 2038 la mayoría de los países tendrán menos del 50% de su población pensando que la religión es algo importante para ellos, cruzando lo que este experto llama “el umbral ateísta”.
En una encuesta realizada por WIN / GALLUP en 2015, China fue declarada el país menos religioso del mundo, con el doble de ateos que cualquier otro país (61%). A continuación está Europa Occidental, con un 51% -siendo Suecia, Dinamarca y Noruega los países que lideran estos datos-, seguido de Japón con un 31%.
Si dejamos los países atrás y especificamos en las ciudades, Berlín sería la capital atea de Europa, ya que el 60% de habitantes no se asocian con ninguna creencia religiosa.
Norwich sería una de las ciudades con mayor población atea, que, aunque tenga el 42,5%, sigue por arriba de la media inglesa y galesa, con un 25,1%.
Volviendo a China, Shangái sería la ciudad menos atea del mundo: de sus 24 millones de habitantes, el 86,9% afirma no pertenecer a ninguna religión. Esto podría significar cerca de 21 millones de ateos en una sola ciudad.
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Fuente: WIN / GALLUP