¿Por qué cuando inhalamos el aroma de un libro nos sentimos tan satisfechos? La ciencia ahora te explica la causa.
Los olores son una fuente de recuerdos, ya que a través de ellos incorporamos información de la realidad que nos rodea. Por tanto, tienen el poder de evocar imágenes del pasado y desencadenar emociones. Como cuando un aroma nos recuerda los platos que nos preparaba la abuela.
Asimismo, es muy probable que ese olor único de los libros se relacione con el hecho de que nos hacen evocar momentos en los que pasábamos absortos leyendo en un rincón las historias más apasionantes del mundo.
Para saber por qué nos causa tanto placer el olor de los libros, científicos del Instituto para el Patrimonio Sostenible de la Universidad de Londres condujeron un experimento donde se les presentaba a las personas una serie de aromas, entre los que se encontraba el de libros antiguos, para que fueran identificados.
Desde luego, nadie sabía a qué producto correspondía cada olor, así que cuando les llegó el turno a los libros, la gran mayoría de los sujetos respondió que se trataba de chocolate, mientras el restante lo identificó con café.
¿Pero qué hace que los libros emitan ese olor agradable? La respuesta está en los compuestos que contienen estos objetos tan preciados. Un libro está hecho de madera, que al descomponerse libera en el aire una mezcla de compuestos orgánicos volátiles (VOCs) que produce un aroma.
Los investigadores analizaron la firma química de los VOCS que desprenden los libros antiguos mediante un cromatógrafo de gases/ espectrómetro de masa. Resulta que estos son muy similares a los que desprenden el chocolate y el café, lo que tal vez tenga sentido pues todos son productos de origen natural.
Otras sensaciones olfativas ante los libros
El equipo de expertos también recolectó VOCs de la biblioteca de la Catedral de St. Paul en Londres –famosa precisamente porque desprende ese olor a libro viejo– y realizó pruebas olfativas con distintos visitantes. Las respuestas sobre el olor son: «leñoso», «ahumado», «terroso» y «vainilla».
Los investigadores creen que las personas pueden haber tenido una influencia visual de la madera interior del recinto y sus muebles. De todos modos, siguen siendo olores relativos a productos naturales.
Este estudio puede impulsar la preservación de los libros antiguos, muchos de los cuales deprenden aromas diferentes en dependencia de cuándo y dónde fueron impresos. Esto ayudaría a los conservadores a diagnosticar con antelación problemas de deterioro en textos que tienen un valor histórico.
Por mi parte, seguiré pegando la nariz a cuanto libro me llegue a las manos. Apuesto a que tú también.
#PiensaPositivo
Fuente: Vix
Es un gusto que comparó contigo. Me hace sentirme muy bien.