La lectura en voz alta puede prevenir conductas negativas como la hiperactividad y fomentar las positivas como la concentración
La lectura tiene muchos beneficios, como son, entre otros, despertar la imaginación de pequeños y adultos o favorecer las conexiones neuronales del cerebro de nuestros pequeños. Un último estudio asegura que, además, leer en voz alta a nuestros hijos desde que son bebés les podría ayudar a enfrentar mejor su vida escolar futura. En concreto, para los autores del estudio, “leer en voz alta podría prevenir conductas negativas como la hiperactividad y fomentar las positivas, como la concentración o la atención”, según se desprende de un estudio elaborado por investigadores de la Universidad de Nueva York.
El momento de lectura suele ser por la noche o por la tarde. Cuando tanto padres como hijos ya han terminado con sus tareas cotidianas, “por lo que se suele dar en un entorno acogedor y cálido”, inciden. El estudio, publicado en Pediatrics, evaluó a 675 familias. El análisis consistió en grabaciones de vídeo en las que los padres estaban leyendo en voz alta o jugando con sus hijos desde los cero hasta los tres años. Las conclusiones mostraron que “los niños que participaron en el programa tuvieron menos problemas de atención y conductas disruptivas cuando empezaban su vida escolar que aquellos que no lo hicieron”. Además, esto mejora si los progenitores continuaban con esta rutina pasados los tres años.
“Cuando una padre lee un cuento a un niño o juega con él, el pequeño tiene que prestar atención tanto a su progenitor como a la actividad. Además, es una oportunidad para que se conviertan en adultos con un buen modelo de conducta”, añaden. Los autores también inciden en que en la actualidad los progenitores pasan menos tiempo con sus hijos, “relegando esta tarea a los dispositivos digitales”. Una pena, ya que fomentar esta lectura es muy positivo.
En este estudio, "queremos enfatizar nuestro apoyo para que desde la atención primaria pediátrica se promuevan actividades positivas para los padres e hijos, como lectura de cuentos en voz alta y el juego, ya que mejoran el desarrollo social y emocional de los pequeños, como se refleja a través de la reducción de conductas disruptivas –ansiedad o hiperactividad–. Nuestra investigación también sugiere que estos programas pueden dar lugar a diferencias clínicamente importantes en los resultados educativos a largo plazo de los niños, dado el papel fundamental de estas tareas para el aprendizaje infantil", concluyen los autores.
Otro estudio publicado el pasado mes de marzo en la web de Pediatrics también concluyó “que los padres lean en voz alta a sus hijos es positivamente significativo para el funcionamiento psicológico, tanto de padres como de niños, mejorando el lenguaje de los niños más pequeños; la comprensión literal del lenguaje, el cerebro y el pensamiento cognitivo”.
Otra investigación, publicada en Child Development el pasado mes de febrero, determinó “los bebés de seis meses ya se fijan visualmente y memorizan mejor los personajes de los cuentos infantiles cuando tienen un nombre: la “Gata Flora”, en vez de simplemente “la Gata”, por ejemplo. Y esto, a su vez, ayudará al desarrollo de su lenguaje”. El experimento, coordinado por la investigadora Lisa S. Scott, que lleva más de una década estudiando cómo funciona la atención de los bebés, consistía en monitorizar la actividad cerebral de los niños -de seis a nueve meses- con técnicas de seguimiento ocular y electroencefalograma. Además, recomendaba a los progenitores “leer a los bebés con intención -no de forma automática-, poniendo atención a la prosodia, la entonación, las pausas, intercambiando miradas y usando gestos que acompañen la lectura pueden hacer más por el desarrollo cerebral del bebé que solamente la escucha pasiva de un cuento”.
Los expertos señalan que los padres deben ser lectores, “de papás con libros, hijos imitadores”. Además, debemos dejar que los peques elijan los libros, aunque algunas veces podemos ser nosotros; permitir que interactúen con el libro: repetir la historia muchas veces; respetar las regresiones, interesarse sin juzgar y, “sobre todo, asociar la lectura con momentos positivos”.
Además, existen programas concretos que animan a que tus hijos lean en voz alta también. Por ejemplo, los programas Patas para leer, donde los peques leen a gatos o perros. Una tendencia muy de moda en Estados Unidos. Según varios estudios realizados por distintas universidades, los pequeños que leen en voz alta como terapia a perros y gatos de forma frecuente –los expertos hablan de unos 30 minutos a la semana– consiguen mejorar mucho su capacidad lectora, ya que estos animales producen en ellos sensaciones de seguridad, los animales no les juzgan, mejorando su concentración, la atención, el vocabulario, el aumento de confianza, mejora su relación con los animales y los niños disfrutan de la experiencia de leer.
#PiensaPositivo
Fuente: El País.com
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