El estudio, de la Universidad de California en Berkeley, revela que las emociones no son como islas, sino que todo está interconectado.
En una de las películas de Pixar, Del revés (Inside Out), de 2015, aparecían cinco personajes que representaban las emociones que sentía en su interior la protagonista: eran Alegría, Tristeza, Miedo, Ira y el Desagrado. Sin embargo, la cinta dirigida por Pete Docter parece que podría haber incorporado un elenco mucho mayor, porque se quedaron en el camino otras muchas emociones, como el amor, la admiración o el orgullo, entre otras.
Al menos eso es lo que se deduce de un nuevo estudio de la Universidad de California en Berkeley (Estados Unidos), que pone en entredicho la creencia de que la mayoría de las emociones que sentimos los seres humanos entrarían dentro de las categorías de felicidad, tristeza, ira, sorpresa, miedo y disgusto.
De hecho, estos investigadores han llegado a identificar un total de 27 categorías diferentes de emoción y, para mostrar cómo se encuentran conectadas, las han mostrado en un mapa emocional interactivo tridimensional.
El estudio, que se ha llevado a cabo con modelos estadísticos y cuyos hallazgos acaban de publicarse en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, se centró en un grupo demográficamente diverso compuesto por 853 mujeres y hombres que tuvieron que visionar vídeos destinados a evocar en ellos una amplia gama de emociones. Los temas de estos 2.185 vídeos incluían desde nacimientos y bebés, a bodas y pedidas de mano, muerte y sufrimiento, arañas y serpientes, escenas sexuales, desastres naturales, imágenes espectaculares de la naturaleza o apretones de mano incómodos, entre otros.
“Nos dimos cuenta de que necesitábamos contar 27 dimensiones diferentes, y no seis, a la hora de especificar cómo decían sentirse cientos de personas en respuesta a cada vídeo”, explica en el sitio web de este centro universitario de California uno de los autores del estudio, Dacher Keltner, profesor de Psicología y experto en Ciencia de las Emociones.
¿Cuáles serían esas 27 dimensiones distintas? Admiración, adoración, aprecio estético, diversión, ansiedad, asombro, incomodidad, aburrimiento, calma, confusión, anhelo, aversión, dolor empático, embelesamiento, envidia, emoción, miedo, horror, interés, alegría, nostalgia, romance, tristeza, satisfacción, deseo sexual, simpatía y triunfo.
Pero el estudio llega más allá, porque asegura que, en contraste con la creencia de que cada estado emocional vendría a ser como una especie de isla, “hay gradientes suaves de emoción entre, por ejemplo, el temor y la tranquilidad, el horror y la tristeza y la diversión y la adoración”, comenta Dacher Keltner.
La cuestión, según explica por su parte el autor principal del estudio, Alan Cowen, estudiante de doctorado en Neurociencia en la Universidad de California en Berkeley, sería que el ser humano no tendría grupos finitos en el mapa de nuestras emociones, sino que todo estaría interconectado. “Las experiencias emocionales son mucho más ricas y con más matices de lo que se pensaba”, subraya.
Y ser consciente de todo ello podría resultar de ayuda en diferentes campos de investigación. “Nuestra esperanza es que nuestros descubrimientos ayuden a otros científicos e ingenieros a capturar con una mayor precisión los estados emocionales que subyacen en los estados de ánimo, la actividad cerebral y las señales expresivas, lo que conduciría a mejores tratamientos psiquiátricos, a una comprensión de la base cerebral de las emociones y a tecnología sensible a nuestras necesidades emocionales”, añade Cowen.
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Fuente: Posta