En nuestro organismo viven tantas bacterias como células tenemos, y la mayoría en nuestro intestino. Sin embargo, muchas también viven sobre nuestra piel.
Conocer cuántas células hay en un cuerpo humano ha sido una cuestión recurrente prácticamente desde que sabemos que estamos compuestos por células. Algo semejante ocurre con las bacterias. Saber el número de bacterias que vive con nosotros, en nuestro interior o sobre la piel ha resultado una pregunta muy difícil de contestar. No es tan sencillo como ir cogiendo bacteria a bacteria e ir contando, una, dos, tres… Son necesarios cálculos y estimaciones.
Las bacterias forman parte de nuestro cuerpo.
Una estimación muy complicada
El problema es que la cantidad de bacterias en algunas zonas de nuestro cuerpo no son las mismas que en otras. El interior del intestino, la boca o el estómago son entornos muy ricos en microorganismos, mientras que la superficie del cerebro o la médula espinal se pueden considerar estériles.
Además, el número no solo varía en el espacio, también varía en el tiempo. No tenemos la misma cantidad de bacterias en el intestino cuando estamos sanos al despertar, que mientras hacemos la digestión tras sufrir una gastroenteritis.
Las primeras estimaciones aventuraron que en nuestro organismo hay entre diez y cien bacterias por cada célula eucariota, pero el origen de este dato es confuso y poco riguroso.
Pormenorizando las cuentas para tener mayor precisión
Estudios recientes han permitido mejorar esos cálculos. Para ello, han pormenorizado las distintas áreas anatómicas y estimado la cantidad promedio de bacterias y su posible variación. También se ha optado por analizar distintos tipos de personas; de diferente origen étnico, sexo y complexión.
A pesar de que aquellos primeros cálculos estimaban que había entre 10 y 100 veces más bacterias en simbiosis que células en el cuerpo humano, los últimos cálculos estiman que, sin contar las mitocondrias, la ratio está más cerca de una bacteria por cada célula eucariota. Se excluyen en el cálculo las mitocondrias porque, en realidad, estos orgánulos celulares son también bacterias que viven en endosimbiosis en el interior de nuestras células, y en cada una de ellas, excepto en los glóbulos rojos, puede haber varios cientos de mitocondrias.
En el interior de nuestros intestinos encontramos la mayor concentración de bacterias de todo el cuerpo humano.
De todos es bien sabido que la piel, con casi 2 metros cuadrados de superficie y hasta 10 kg de peso, es el órgano más grande del cuerpo humano. Sin embargo, el órgano con mayor número de bacterias es el colon, con una magnitud del orden de los 100 billones de bacterias. La placa dental, con una magnitud del orden del billón, sería la siguiente en importancia.
Las bacterias que viven sobre nuestra piel
Como sucede con el resto del cuerpo, en la piel no siempre se mantiene la misma cantidad de bacterias. Hay entornos particularmente ricos, como los espacios entre los dedos de los pies, bajo las uñas, las ingles, los genitales, el ano o las axilas; mientras que otras áreas, como el dorso de la mano, la espalda o la rodilla, tienen mucha menos población bacteriana.
Las axilas acumulan gran cantidad de bacterias, que son las responsables del mal olor que se produce en algunas personas.
Además, la cantidad de bacterias en la piel varía de una persona a otra, dependiendo del estado de salud o el tipo de piel. El olor desagradable característico de las axilas, los pies o los genitales de algunas personas, de hecho, no siempre se debe a un mal hábito de higiene, sino a la presencia de colonias bacterianas en la piel especializadas en el metabolismo de las grasas que expulsamos por la piel, y el ácido láctico y el glicerol presentes en el sudor, y transformarlo en ácido grasos volátiles de cadena corta, responsables de ese olor.
En esos casos, emplear jabones con efecto bactericida, y esmerarse en frotar para romper las biopelículas que las bacterias hayan podido formar, está entre las soluciones a corto plazo, aunque debe mantenerse en el tiempo: no es raro que vuelvan a colonizar el terreno perdido si vuelve a estar disponible.
Por supuesto, la higiene y todo lo que conlleva —la frecuencia, los productos utilizados, la temperatura del agua, etc.— también cambian la cantidad y el tipo de bacterias que habitan sobre nuestra piel.
Teniendo en cuenta toda esta posible variación, y según las mejores estimaciones, sobre nuestra piel hay varios cientos de miles de millones de bacterias. Para que se pueda entender mejor semejante número, esta estimación indica que en un solo centímetro cuadrado hay tantas bacterias como habitantes en España.
Fuente: Muy Interesante