La inteligencia es un concepto complejo que no puede reducirse a una sola única característica. Y, por tanto, la inteligencia de los niños, al igual que la de los adultos, se puede manifestar de múltiples maneras. Sin embargo, hay algunos aspectos comunes que suelen definir a los niños con altas capacidades intelectuales.
En un estudio de 2011, los investigadores Adrián García-Ron y José Sierra-Vázquez, del Servicio de Pediatría del Hospital Infanta Cristina (Madrid) y el Centro Seta (Sevilla), respectivamente, señalaron: “no existe una definición precisa del niño superdotado, ya que es una población muy diversa y su alta capacidad cognitiva puede expresarse de distintas formas (superdotación, talento y genio)”.
A este respecto, buena parte de la bibliografía científica sostiene que un 3 % de la población posee una alta capacidad cognitiva, pero estas habilidades no se identifican lo suficiente.
Por ello, una de las claves, según los autores, es la información aportada por los padres: “el conocimiento del desarrollo precoz de estos niños y el uso de cuestionarios puede ser suficiente para la identificación de una alta capacidad cognitiva”.
Según estos expertos, los niños superdotados tienen derecho a un ajuste educativo mediante adaptación curricular que cubra sus necesidades. Por eso, afirman, “es importante optimizar el rendimiento académico y su estado socioemocional”.
Se define a los niños y adolescentes con altas capacidades o superdotados, como “aquellos que muestran una elevada capacidad de rendimiento en las áreas intelectual, creativa y/o artística; poseen una desusada capacidad de liderazgo o sobresalen en áreas académicas específicas”.
Pero al igual que otras características excepcionales, la superdotación plantea importantes exigencias sobre los recursos familiares y comunitarios, como explican los investigadores: “Conlleva riesgos de estrés psicosocial, aislamiento e incumplimiento de posibles logros, pues requieren servicios y actividades que comúnmente no brindan nuestras escuelas”.
Según estos científicos, la alta capacidad intelectual se puede manifestar de diferentes formas: mediante la superdotación (capacidad intelectual global por encima del percentil 75 en todos los ámbitos de la inteligencia), talento (alta puntuación en una o varias aptitudes intelectuales, pero no en todas) y genio (alta capacidad intelectual con alta creatividad y productividad).
Además, tienden a mostrar un interés intenso y profundo en ámbitos específicos. De hecho, suele ocurrir que se sumerjan completamente en temas de su elección, leyendo o buscando conocimientos de manera autónoma.
A la vez, muchos de estos alumnos gozan de una gran creatividad y pueden pensar de manera original. Es habitual que tengan la capacidad de abordar problemas de forma única y encontrar soluciones innovadoras.
Sin embargo, los estudiantes con altas capacidades intelectuales pueden ser sensibles emocionalmente. En este contexto, pueden ser conscientes de las expectativas que los demás tienen sobre ellos y sentir la presión asociada con sus habilidades.
Por este motivo, es importante brindarles oportunidades para un aprendizaje desafiante y estimulante, ya que pueden aburrirse fácilmente si no se les ofrece un nivel adecuado de desafío intelectual.
Y es que, los niños con altas capacidades intelectuales pueden tener estilos de aprendizaje diferentes. Según los expertos, ellos pueden beneficiarse de enfoques educativos que fomenten la exploración, la investigación independiente y la creatividad.
Asimismo, otro aspecto desafiante puede ser la interacción social. Algunos se sienten más cómodos interactuando con compañeros de su mismo nivel intelectual, aunque también es importante fomentar relaciones saludables con niños de diversas habilidades.
El apoyo adecuado en el entorno educativo, fundamental
Los expertos sugieren que identificar a los niños con altas capacidades intelectuales puede requerir una evaluación cuidadosa. Por ello, es fundamental proporcionar el apoyo adecuado en el entorno educativo, como adaptaciones curriculares o programas especiales.
Además, es crucial reconocer y apoyar las necesidades específicas de estos pequeños para permitir que alcancen su máximo potencial y se desarrollen de manera integral. La participación activa de padres, maestros y profesionales de la educación es esencial para satisfacer estas necesidades de manera efectiva.
A la vez, los expertos han identificado características comunes que se asocian con jóvenes altamente inteligentes. Por ejemplo, estos chicos suelen destacar por una alta curiosidad y sed de conocimiento. Es decir, muestran una inquietud natural y un deseo constante de aprender. Por ello, suelen hacerse preguntas con frecuencia y demostrar un interés activo en comprender el mundo que les rodea.
Además, se caracterizan por su rapidez para aprender. Estos niños tienden a asimilar nueva información rápidamente y pueden mostrar habilidades avanzadas en áreas específicas, como el lenguaje, las ciencias, o las artes.
Otro de sus fuertes es la creatividad. Esto quiere decir que, en algunos casos, su inteligencia se manifiesta en la capacidad de pensar de manera creativa. Los niños más inteligentes pueden mostrar una creatividad excepcional al abordar problemas, encontrar soluciones innovadoras o expresarse en formas artísticas.
También poseen extraordinarias habilidades de razonamiento. Y es que, la capacidad de razonar y resolver problemas es una característica clave de la inteligencia. Los niños inteligentes pueden mostrar un razonamiento avanzado para su edad y ser capaces de resolver problemas de manera eficiente.
Aunque contrariamente a una percepción a veces estereotipada, según los investigadores, muchos niños altamente inteligentes también pueden tener habilidades para socializar. Pueden ser empáticos, comprensivos y capaces de relacionarse bien con sus compañeros.
Por otro lado, otros rasgos comunes incluyen un fuerte impulso intrínseco para aprender y alcanzar metas personales, así como la capacidad de adaptarse a nuevas situaciones y de aprender de experiencias diversas.
No obstante, según los científicos, es esencial recordar que la inteligencia es un espectro, y cada niño es único. Este don puede manifestarse de diferentes maneras, y la valoración de las habilidades y talentos individuales es clave para fomentar un desarrollo integral.
También es importante considerar que la inteligencia no es estática y puede evolucionar con el tiempo en respuesta a las experiencias y el entorno.
Fuente: Muy Interesante