Te compartimos algunas ventajas que tiene casarse después de los 30.
#1 Tendrás la madurez suficiente
Construir una vida a lado de otra persona es una tarea que requiere dedicación y paciencia. Es por eso que no debe tomarse la decisión a la ligera o de forma impulsiva. A los 30, ya se tiene la madurez suficiente para hacer esa importante elección sin temor a equivocarse.
#2 Ya conocerás lo que es la independencia
Para esta edad, es posible que tengas total independencia de tus padres y sepas muy bien todo lo que conlleva mantener una casa. Gracias a eso, tú y tu pareja no tendrán problemas cuando comiencen a vivir juntos, debido a que tendrán estabilidad financiera y emocional.
#3 Las estadísticas lo aprueban
Un estudio del sociólogo Nicholas Wolfinger esclarece que casarse antes de los 28 años incrementa la probabilidad de divorcio, pues las personas jóvenes no están preparadas para asumir tal compromiso. Lo mejor es llegar al altar después de esa edad o pasados los 30.
#4 Sabrás lo que buscas en tu pareja ideal
En la tercera década de vida, quizá ya hayas pasado por varios enamoramientos y también rupturas. Y aunque puede ser doloroso, te ayudará a saber qué es lo que buscas en una pareja y aquello que no tolerarás. Entonces, será más sencillo encontrar a la persona ideal con quien tengas una compatibilidad envidiable.
#5 Desarrollo de la vida profesional
Al no tener un compromiso serio, podrás concentrarte en crecer en tu profesión y explotar al máximo tu capacidad de aprendizaje. De esta manera, será más fácil acceder a mejores oportunidades laborales antes y durante el matrimonio.
#6 Podrás pagar la boda de tus sueños
Puedes ocupar tu tiempo de soltería para ahorrar lo suficiente y así lograr costear la boda de tus sueños. Tendrás la oportunidad de elegir un romántico vestido de princesa o uno lujoso y sofisticado. A la vez, no tendrás que preocuparte por el número de invitados.
Y lo mejor es que podrás tener una ceremonia de ensueño sin endeudarte.
#7 Ya habrás decidido si ser o no madre
Un conflicto común en los matrimonios es el no ponerse de acuerdo en si quieren tener hijos o no. Para los 30, ya tendrán más claros sus deseos y podrán discutirlos para tomar una decisión definitiva.
Además, si deciden formar una familia, podrán solventar los gastos que conlleva tener un bebé y estarán preparados para asumir la responsabilidad de la crianza.
Fuente: Vix