Mantenerse activo, con independencia del nivel de intensidad del ejercicio, alarga la vida, según un estudio que publica este miércoles «The BMJ». En concreto, realizar actividades de intensidad moderada, como pasar la aspiradora 24 minutos al día; o más ligeras, como caminar lento durante cinco horas al día, se relaciona con un menor riesgo de muerte prematura en personas de mediana edad y mayores.
Los resultados de la investigación también muestran que permanecer sentado durante 9,5 horas o más al día (excluyendo el tiempo de sueño), se asocia con un mayor riesgo de muerte.
Diversos estudios han reiterado que el comportamiento sedentario es malo y que la actividad física es buena para la salud y una vida larga. Las pautas recomiendan al menos 150 minutos de intensidad moderada o 75 minutos de actividad física vigorosa cada semana para adultos de entre 18 y 64 años, pero se basa en información facilitada por los propios participantes, que a menudo es imprecisa. Por tanto, no está claro exactamente cuánta actividad (y con qué intensidad) se necesita para proteger la salud.
Para explorar esto más a fondo, los investigadores dirigidos por el profesor Ulf Ekelund de la Escuela Noruega de Ciencias del Deporte en Oslo analizaron estudios observacionales que evaluaban la relación entre la actividad física y el tiempo sedentario con la mortalidad por todas las causas.
Los estudios utilizaron acelerómetros (un dispositivo portátil que rastrea el volumen y la intensidad de la actividad durante las horas de vigilia) para medir la actividad total.
Entre las actividades de intensidad ligera se incluyen caminar lentamente o tareas suaves como cocinar o lavar platos. La actividad moderada supone caminar rápido, pasar la aspiradora o cortar el césped, mientras que la actividad vigorosa incluye correr, coger cargas pesadas o cavar.
Se tuvieron en cuenta datos de ocho estudios de alta calidad sobre 36.383 adultos de al menos 40 años, con una edad media de 62. Los niveles de actividad se clasificaron en trimestres, de menos a más activos, y se realizó un seguimiento de los participantes durante un promedio de 5,8 años.
Durante el seguimiento, 2.149 (5,9%) participantes murieron. Después de ajustar por factores potencialmente influyentes, los investigadores encontraron que cualquier nivel de actividad física, independientemente de la intensidad, se asociaba con un riesgo sustancialmente menor de muerte.
Las fallecimientos disminuyeron abruptamente a medida que la actividad total aumentó hasta los 300 minutos por día de actividad ligera o 24 minutos al día de actividad física de intensidad moderada.
Esto fortalece la opinión de que cualquier actividad física es beneficiosa y probablemente alcanzable para grandes segmentos de la población, dicen los investigadores, quienes sugieren que el mensaje de salud pública podría ser simplemente «sentarse menos y moverse cada vez más a menudo».
Los autores reconocen que aumentar la actividad física de la población es un desafío, pero aseguran que caminar es un objetivo prometedor para la intervención, ya que es simple, gratis, alcanzable incluso para adultos mayores y rara vez está contraindicado.
«Desarrollar maneras de limitar el tiempo sedentario y aumentar la actividad en cualquier nivel podría mejorar considerablemente la salud y reducir la mortalidad», concluyen.
#PiensaPositivo
Fuente: AbcdeSevilla