Cuidado con los refrescos que consume porque cuantos más se tome, mayor riesgo de riesgo de muerte tendrá por cualquier causa. Lo asegura un estudio, uno más, que se publica en «JAMA», que ha comprobado, después de analizar los datos cerca de 452.000 hombres y mujeres de 10 países europeos, incluida España, que beber dos o más vasos de refrescos - azucarados y endulzados artificialmente- (en comparación con menos de uno al mes), se asociaba con un mayor riesgo de muerte por todas las causas. Durante el periodo que duró el estudio, 16 años, se produjeron 41.693 muertes.
Los investigadores escriben en su artículo que sus resultados son importantes debido a que los refrescos se consumen con mucha frecuencia, especialmente entre los más jóvenes, pero se desconoce si este consumo está asociado con un mayor riesgo de mortalidad y hasta la fecha la mayoría de los trabajos no se han realizado entre poblaciones europeas.
Se sabe que el consumo habitual de refrescos azucarados aumenta la ingesta de energía, lo que puede conducir al incremento de peso y la obesidad. En 2010, se estimó que la carga mundial de enfermedades cardiovasculares, cánceres y diabetes tipo 2 asociada a la obesidad relacionada con el consumo de azúcar procedentes de refrescos azucarados fue de 184.000 muertes.
La reformulación de los refrescos azucarados, en los que el azúcar se reemplaza por edulcorantes bajos en calorías o sin calorías, está siendo impulsada por la conciencia del consumidor y medidas fiscales, como los impuestos. Los refrescos endulzados artificialmente tienen pocas calorías o ninguna, sin embargo, sus implicaciones fisiológicas y de salud a largo plazo son, en gran medida, desconocidas.
Los resultados muestran que, a mayor consumo de bebidas gaseosas, de cualquier tipo, un mayor riesgo de muerte por todas las causas
Este trabajo ha valorado si el consumo regular de refrescos (endulzado con azúcar o artificialmente) está asociado con una mayor mortalidad por todas las causas. Incluyó participantes de Dinamarca, Francia, Alemania, Grecia, Italia, los Países Bajos, Noruega, España, Suecia y el Reino Unido que forman parte del Estudio Europeo sobre Cáncer y Nutrición (EPIC), una cohorte multinacional con más de 41.000 muertes registradas durante el período de seguimiento. La información sobre el consumo de refrescos se obtuvo a través de cuestionarios sobre sus hábitos alimenticios al inicio del estudio, entre 1992 y 2000.
En cuanto a los datos sobre la mortalidad por causas específicas –cáncer, enfermedad cardiovascular, digestivas o neurodegenerativas-, estudios previos sobre el consumo de refrescos y la mortalidad por enfermedades cardiovasculares han encontrado asociaciones positivas. Sin embargo, es incierto si estas asociaciones diferían según el tipo de enfermedades circulatorias (p. ej., cardiopatía isquémica y enfermedades cerebrovasculares). De manera similar, hasta la fecha se dispone de pocos datos sobre la mortalidad por otras afecciones crónicas importantes, como cánceres, enfermedades digestivas y enfermedades neurodegenerativas.
Los autores del estudio sugieren que los hallazgos respaldan las iniciativas de salud pública para limitar el consumo de refrescos
Los resultados muestran que, a mayor consumo de bebidas gaseosas, de cualquier tipo, un mayor riesgo de muerte por todas las causas. Esta relación era evidente tanto en hombres como en mujeres.
También entre los hallazgos se encontraba un mayor riesgo de muerte por enfermedades circulatorias asociadas con el consumo de dos o más vasos al día de refrescos totales y endulzados artificialmente, y de muerte por enfermedades digestivas asociadas con el consumo de uno o más vasos por día de refrescos azucarados. No se observó asociación entre el consumo de refrescos y la muerte general por cáncer.
Los autores del estudio sugieren que los hallazgos respaldan las iniciativas de salud pública para limitar el consumo de refrescos.
Los investigadores aseguran, no obstante, que se necesitan más estudios para investigar los posibles efectos adversos para la salud de los edulcorantes artificiales. Los resultados de este estudio respaldan las campañas de salud pública en curso destinadas a reducir el consumo de refrescos.
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Fuente: AbcdeSevilla