El ser humano no es el único animal que tiene estas muestras de afecto… otros animales también lo hacen aunque con otros fines.
Todo empezó cuando, el mismo día en 2013, una pareja tailandesa batió el récord del beso más largo del mundo, que ellos mismos habían instaurado dos años antes. 58 horas, 35 minutos y 58 segundos de contacto bucal constante, que les permitió entrar por segunda vez en el Libro Guiness.
Muchos califican el beso como la primera muestra de amor entre dos personas, antes incluso de declararlo verbalmente. Pero dependiendo del contexto, un beso puede tener otros significados. Y por supuesto, los seres humanos no somos los únicos que establecemos ciertos tipos de cohesión social mediante el contacto de boca a boca y la mezcla de salivas.
Judas besa a Jesús y deja impresa en su rostro de Dios, la felonía,
mientras la Magdalena con sus besos fortifica piadosa su agonía.
—Fragmento de Besos, de Gabriela Mistral.
Entre los chimpancés, el beso no solo sucede cuando hay interés romántico
El beso de los primates
Nosotros, como animales primates, estamos en esta lista de cinco animales que se besan. También nuestros primos cercanos, chimpancés, bonobos y orangutanes, usan el beso, junto con otros comportamientos que compartimos, como forma de mostrar afecto.
Entre los chimpancés, el beso no solo sucede cuando hay interés romántico. Igual que en la especie humana, con frecuencia estos grandes primates usan este gesto como medio de mostrar cariño y protección, como una madre hacia sus hijos.
Entre los bonobos puede ocurrir que la madre sea particularmente celosa con su descendencia, y se entrometa en su vida amorosa, rechazando agresivamente que sus crías reciban besos de pretendientes que no consideran adecuados o, en caso contrario, actuando como celestinas.
But his mother only, in her maiden bliss,
worshiped the beloved with a kiss.
—Fragmento de In the bleak midwinter de Christina Rossetti
Otras funciones de los besos en la cohesión social de los primates son la de afianzar una reconciliación tras un conflicto, y una forma de expresar sumisión. Con cierta frecuencia, los súbditos besan las manos, los pies, el cuello o el pecho al líder de su clan.
El lametón de perros y lobos
Cualquiera que haya tenido a uno de estos peludos como mascota sabe lo cariñosos que pueden llegar a ser. A pesar de la movilidad limitada de sus labios, los perros son capaces de besar, solo que lo hacen de otro modo: con la lengua —y en ocasiones, buenas dosis de saliva—. ¡No olvides lavarte después del beso de tu mascota!
Acabamos sabiendo que las flores se alimentan
en la fértil humedad. Esa es la verdad de la saliva.
—Fragmento de El beso, de José Saramago
Pero además de besar a su dueño humano, los perros también besan a otros perros. Lamen sus hocicos, y no solo por cariño —que también—, sino con otras intenciones.
El sentido del gusto del perro, como el del olfato, está mucho más desarrollado que el nuestro. Cada vez que un perro lame algo, percibe los sabores de todo lo que ha tocado recientemente. De este modo, no solo expresa su aprecio por su compañero —de dos o cuatro patas— con ese gesto, además registra dónde y con quién ha estado.
Otra de las funciones del beso del perro, como en el caso anterior, es la sumisión. Es relativamente habitual que un perro reconozca a su dominante lamiéndole el hocico.
Este comportamiento no es exclusivo de nuestros compañeros, lo han heredado de sus antepasados salvajes. Los lobos también se dan besos.
Los besos forman parte de la interacción social habitual de los delfines
Los múltiples besos de los delfines
Los besos forman parte de la interacción social habitual de los delfines. Pero no solo hablamos de besos en la boca, con frecuencia, rozan con sus hocicos o dan pequeños y cariñosos mordisquitos a sus amigos o a sus amantes en dorso, vientre, aletas y otras partes del cuerpo.
El mar besando la arena,
con sus labios la hace plena.
Con su torrente de agua la toca,
con su beso de agua se desboca.
—Fragmento de El beso del mar, de María P. Gallo
De hecho, al extremo de lo que podríamos considerar un beso, el sexo oral entre los delfines es frecuente. Este comportamiento puede llegar a la penetración buco-genital. Gracias a que el hocico del delfín es alargado, y tanto machos como hembras tienen sus órganos reproductores en el interior de una cavidad, este comportamiento pueden expresarlo tanto ellos como ellas.
Cuando llega la época del apareamiento, los flamencos forman parejas que exhiben todo un repertorio de comportamientos
Los ‘piquitos’ de los flamencos
Los flamencos son animales gregarios que viven formando enormes bandadas.
Cuando llega la época del apareamiento, se forman parejas que exhiben todo un repertorio de comportamientos, entre los que se incluyen caricias, juegos, danzas —particularmente llamativas las que realizan con sus largos cuellos— y, por supuesto, besos.
Me haces volar
con cada caricia,
besos.
—Fragmento de Me haces volar, de María Mercedes Castro
, en este caso también se trata de una reinterpretación de lo que los humanos entendemos por beso. Las aves no tienen labios con los que poder hacer el gesto de succión, pero sí hacen contacto con sus picos.
Ese tipo de contacto, con sus crías, es la forma de alimentarlas. En este caso, los flamencos emplean su leche roja de buche, un fluido nutritivo análogo a la leche de los mamíferos, que producen en su aparato digestivo.
Hormigas, besos nutritivos
Si hay un animal que lleva el beso al siguiente nivel, es la hormiga. Hasta donde sabemos, no expresa cariño ni amor a sus semejantes, pero sí una fuerte lealtad y fidelidad, que está biológicamente determinada. En el mantenimiento de esa irrompible cohesión, los gestos que podemos considerar “besos” cumplen una misión esencial.
Perdónala, no obstante,
regresa a esos besos como miel.
Ester te fue leal, te fue constante
y toda la vida te fue fiel-
Fragmento de Perdónala, de Les Luthiers
Ciertas hormigas nunca llegan a salir del hormiguero. Se mantienen toda su vida a la sombra, y por tanto, dependen del resto de la colonia para ser alimentadas. Las que les dan el alimento lo llevan parcialmente digerido, almacenado dentro de su cuerpo y lo regurgitan en forma de una pequeña gota. Las hormigas entonces se dan ese “beso”, que los entomólogos denominan trofalaxis, en el que se intercambian los nutrientes.
Determinados tipos de obreras son también las encargadas de alimentar a las larvas, y lo hacen mediante el mismo proceso. Un intercambio de fluidos de boca a boca, que no va con cariño y amor, sino con nutrientes, pero que igualmente aumenta la cohesión de sus relaciones y, en última instancia, de su sociedad.
Fuente: Muy Interesante