Existe una relación entre la obesidad y el exceso de sueño, es decir, que la mayoría de las personas prefieren acostarse a dormir que realizar alguna actividad física, que requiera quemar energía y poner a funcionar mejor su cuerpo. Por lo que las ganas de comer aumentan, y satisfacerlas es un poco complicado.
Estudios recientes realizados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), revelan que las enfermedades cardiovasculares, son la causa principal de muerte en la gran mayoría del mundo.
Las mujeres son mucho más propensas a sufrir de problemas cardíacos, debido a que duermen mucho más que lo hombres, factor que incide notoriamente en la forma como el cuerpo entra en reposo.
Desarrollar diabetes es mucho más factible en personas que duermen mucho. Los niveles de azúcar aumentan de manera notoria, lo que genera debilitamiento en el cuerpo, haciendo que las personas tengan muchas más ganas de permanecer en reposo.
Las experiencias negativas que se crean a partir de esta enfermedad, conducen a quien la padece a que se sumerja en sueños profundos o consuma pastillas para producir sueño. El cansancio empieza a ser parte de la vida, las ganas de vivir se acaban y estos factores pueden conducir al suicidio.
Las personas que duermen mucho tiempo tienen más dificultad para desarrollar actividades. Las crisis de estrés son más frecuentes y los episodios de histeria son el complemento de la frustración que les produce no llegar a alcanzar las metas que se han propuesto, bien sea a nivel emocional o profesional.
#PiensaPositivo
Fuentes: Muy Interesante
Hola querido Mariano, ahora entiendo por estoy tan gordis.