Hablar solos en voz alta es una práctica más común de lo que se piensa y aunque pueda parecer extraño para algunas personas, lo cierto es que este hábito no está necesariamente vinculado con la locura. Beatriz Gil Bóveda, psicóloga sanitaria y CEO de Psique Cambio, asegura que es una herramienta poderosa que muchas personas usan sin darse cuenta para organizar sus pensamientos, reducir la ansiedad y mejorar la concentración.
«Desde pequeños, utilizamos el lenguaje como una forma de estructurar nuestro mundo interno. A medida que crecemos, este proceso se vuelve más interno, pero en algunos casos, la necesidad de verbalizar en voz alta persiste. Esto es especialmente evidente en situaciones de estrés, cuando necesitamos escuchar nuestros pensamientos para darles forma o cuando estamos enfrentando una tarea compleja que requiere concentración», dice.
Hablar solo en voz alta, por tanto, está cargado de beneficios para quien lo hace:
- Mejora la concentración. Hablar en voz alta puede ayudar a mejorar la concentración. Tal como indica la psicóloga, cuando verbalizamos nuestras acciones o instrucciones, activamos diferentes áreas del cerebro, lo que nos permite enfocarnos mejor en la tarea que estamos realizando. Por ejemplo, si estamos resolviendo un problema matemático complicado, decir los pasos en voz alta puede hacer que sea más fácil seguir el proceso y evitar errores.
- Organiza el pensamiento. «Hablar solo es una manera efectiva de organizar el pensamiento», expone Beatriz Gil Bóveda. Al externalizar las ideas, es más sencillo estructurarlas de manera lógica. «Esto es particularmente útil cuando se está planificando un proyecto, resolviendo un conflicto o tomando decisiones importantes. Al escuchar nuestras propias palabras, podemos identificar incongruencias o detalles que necesitan ser afinados», cuenta.
- Reduce el estrés y la ansiedad. Verbalizar las preocupaciones o los pensamientos estresantes puede ser una forma de liberación emocional. Beatriz Gil Bóveda indica que cuando hablamos en voz alta sobre lo que nos preocupa, «le damos una forma concreta a nuestras emociones, lo que nos permite manejarlas de manera más efectiva. Esta práctica puede reducir la sensación de ansiedad, ya que transforma lo abstracto en algo tangible, lo que, a su vez, hace que los problemas parezcan más manejables.
- Potencia la memoria. Repetir en voz alta puede ayudar a consolidar la memoria. Esta técnica, conocida como efecto de producción, sugiere que la memoria mejora cuando la información es hablada y escuchada, en lugar de solo leída o pensada. Según Beatriz Gil Bóveda, esto es especialmente útil cuando se trata de memorizar datos importantes, como nombres, números o instrucciones: «Es como si le estuvieses enseñando a alguien más, y esto ayuda a retener mejor la información».
Cómo incorporarlo
Si sientes que hablar solo en voz alta te ayuda a procesar información o reducir el estrés, puedes incorporar este hábito de manera consciente en tu vida diaria. Aquí algunos consejos:
- Utiliza un espacio privado: si te preocupa lo que puedan pensar los demás, busca un lugar donde te sientas cómodo para hablar en voz alta, como tu casa o un espacio donde tengas privacidad.
- Sé positivo: intenta que tu diálogo en voz alta sea positivo y constructivo. Evita caer en la autocrítica excesiva o en pensamientos negativos.
- Hazlo intencional: dedica unos minutos al día para hablar en voz alta sobre tus planes, metas o problemas que necesitas resolver. Esta práctica intencional puede ayudarte a sacarle más provecho.
¡Cuándo es un problema?
Aunque la experta en psicología solo tiene elogios para esta práctica, lo cierto es que es importante estar atentos a ciertos signos que podrían indicar un problema. Si el diálogo interno se vuelve negativo o crítico de manera constante, «puede ser un indicio de un trastorno emocional subyacente, como depresión o ansiedad». Además, si la conversación en voz alta se convierte en un diálogo prolongado y perturbador con voces imaginarias, es crucial buscar ayuda profesional, ya que podría ser un síntoma de un trastorno más serio, como la esquizofrenia.
Es normal hablar contigo mismo. Si bien hay ocasiones en las que puede plantear problemas o ser un signo de una enfermedad mental, en la mayoría de los casos puedes seguir haciéndolo sin que sea motivo de preocupación.
Lejos de ser un signo de desequilibrio, hablar solo puede ser una herramienta poderosa para la salud mental y el bienestar. Al hacerlo de manera consciente y positiva, podemos mejorar nuestra concentración, reducir el estrés y organizar mejor nuestras ideas. Por lo tanto, si te encuentras hablando solo, considera que podrías estar beneficiando tu mente más de lo que imaginas.
«La próxima vez que te sorprendas a ti mismo hablando en voz alta, recuerda que estás entrenando tu cerebro para alcanzar nuevas alturas. Así que sigue adelante, porque escuchar tus pensamientos puede ser el primer paso hacia una vida más equilibrada y consciente», concluye Beatriz Gil Bóveda.
Fuente ABC