Si uno quiere mantener la línea o perder peso, comer un postre con muchas calorías no parece que vaya a servir de mucha ayuda. O eso es lo que siempre hemos creído. Porque un nuevo estudio revela que puede ser al contrario.
Un equipo de la Universidad de Arizona, realizó un experimento en la cafetería-comedor de una universidad. Quienes acudían a ella tenían que elegir el postre que iban a tomar, antes del plato principal. Y se les daba a escoger entre dos opciones: fruta fresca, o una tarta de queso con limón.
Y los resultados de la prueba revelaron que quienes eligieron la tarta, consumieron de media un 30% menos de calorías, que los que escogieron la fruta. Pero, ¿cómo puede ser eso posible?
Tal y como explican los investigadores, lo que ocurrió fue que quienes pidieron la tarta, eligieron opciones más saludables para el resto del menú. Tal vez, para compensar esas calorías extra que iban a consumir. Mientras que con quienes se decantaron por la fruta, ocurrió todo lo contrario.
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Fuente: ScienceDaily