Comer grasas saturadas en exceso provoca obesidad, además de enfermedades cardiovasculares. Por eso la pensamos dos veces antes de tomar la quinta pieza de pollo frito. Pero en la mesa de la cocina existe otro alimento que podría ser un gran aliado en contra de los kilos extras que deseas evitar: el chile.
No se trata de echarle salsa a todo lo que comas y estar enchilado todo el día. La efectividad del picante contra el sobrepeso aún está en etapa experimental, pero los resultados son prometedores. Un estudio reciente se llevó a cabo en el Centro de Investigación y Asistencia en Tecnología y Diseño del Estado de Jalisco (CIATEJ) en México.
El arma secreta de los chiles está en la capsaicina, la molécula responsable del ardor que viene con consumir este tipo de vegetales. La capsaicina se encuentra dentro de la piel y las semillas de esta fruta (sí, es una fruta). Lo que los científicos del CIATEJ buscan, además de sus efectos en el control del peso, es una manera de ingerirla sin sus "candentes" efectos.
De acuerdo con el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología de México (CONACYT), los expertos lograron producir capsaicina y otros químicos similares mediante el uso de enzimas. Uno de ellos es el olvanil, el cual utilizaron en sus experimentos.
Después de que a un grupo de ratas con obesidad se les administrara olvanil vía oral, el tejido adiposo en sus cuerpos disminuyó. Además, también bajaron sus niveles de glucosa en la sangre.
Las células que almacenan la grasa (adipocitos) se multiplican cuando la cantidad de lípidos en el organismo las sobrepasa. En este escenario el uso de capsaicina también resultó ser benéfico, porque no sólo redujo la cantidad de grasa, también detuvo la producción de los adipocitos.
Aunque los estudios aún no son concluyentes en humanos, el uso de capsaicina podría convertirse en una alternativa en la lucha contra la obesidad, cuyos casos casi se han triplicado a nivel mundial desde 1975, según la Organización Mundial de la Salud.
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Fuente: Vix.com