Qué es la felicidad? No es fácil responder a esta pregunta pero existe una importante encuesta longitudinal, el estudio de desarrollo de adultos de Harvard, dirigido por los profesores Robert Waldinger y Marc Schulz, que lleva examinando la felicidad desde la década de 1930 y, tras muchos años de investigación, los resultados han tomado forma en un libro titulado: The Good Life.
Los investigadores de la Universidad de Harvard han examinado a las mismas 700 personas (724 para ser exactos, niños de familias desfavorecidas y con problemas en Boston y estudiantes universitarios de Harvard) y sus familias a lo largo del tiempo para determinar qué hace que las personas se sientan felices. Hicieron incontables preguntas cualitativas y tomaron cientos de datos cuantitativas de salud. El estudio incorporó a las esposas de los hombres originales y, más recientemente, a más de 1.300 descendientes del grupo inicial. Además, 25 participantes donaron su cerebro a la ciencia después de su muerte.
Para su investigación, entrevistaban periódicamente a los participantes, recopilaron información sobre su salud física, cumplimentaron cuestionarios y fueron testigos de las idas y venidas de sus vidas: relaciones, trabajos, ampliación de la familia... sin duda es el estudio longitudinal más detallado y profundo jamás realizado sobre la vida humana.
Los hallazgos del estudio revelan que el aspecto más importante de la felicidad no es el dinero o la fama, ni siquiera tu posición o rango: son las relaciones positivas. Las conexiones que forjamos (en el club de baile o lectura, las amistades, las parejas, grupos deportivos o compañeros de trabajo) son las que conducen a estar más satisfechos con la vida. Las personas con los lazos y conexiones sociales más fuertes a los 50 años estaban en mejor forma a los 80 que los que no siguieron esta premisa a lo largo de su vida.
Este resumen es consecuencia de estudiar las trayectorias de salud de los participantes y toda su vida en general, incluidos sus triunfos y fracasos en las carreras y el matrimonio. Todo ello nos da una lección sorprendentemente sencilla.
Cuidar el cuerpo y la mente es importante, pero cuidar las relaciones, también. Nuestras relaciones nos mantienen felices a lo largo de la vida; nos protegen de los desazones que nos sobrevienen, ayudan a retrasar el deterioro mental y físico y son mejores predictores de vidas largas y felices que la clase social, el cociente intelectual o incluso los genes.
Así como la autora Paloma Fuentes expone en su libro editado por Pinolia, “La Medicina de la Felicidad”, que para crear una conexión eficaz y duradera con nuestro entorno y con la persona más importante de nuestra vida que somos nosotros mismos, no hay recetas mágicas ni productos que resuelvan este enigma. La fórmula se basa en cuidar mente y cerebro y con ello, también todas las personas y todo lo que nos rodea.
Cuida tus relaciones
El truco es que esas relaciones deben ser alimentadas. Hay muchas cosas que podemos hacer para mejorar las relaciones enriquecedoras y de alto impacto en nuestras vidas. Incluso las relaciones simples y casuales son cruciales. A veces estas relaciones evolucionan. Otras veces se mantienen constantes. Pero, en ambos casos, son importantes.
Es curioso como en cuanto a la adversidad, a medida que envejecían, los participantes que compartieron el sentimiento de arrepentimiento principalmente se referían a lamentar el poco tiempo que habían pasado con familiares y amigos.
Así que recuerda las claves de la felicidad:
- Cuida tus relaciones, asegúrate de que tienes a alguien en quien confiar y con quien puedas relajarte y ser tú mismo.
- Realiza actividades que te aporten bienestar, ya sea haciendo ejercicio o jugando a un juego de mesa con amigos.
- Cuida tu amor propio: duerme las horas adecuadas, come sano, sé agradecido y disfruta de ti mismo como tu mejor compañía.
Fuente: Muy interesante