A 33 años del desastre nuclear, el nombre de Chernóbil todavía inspira terror.
Cuando una explosión rompió el Reactor 4 de la planta de energía de Chernóbil, el 26 de abril de 1986, ocurrió el peor accidente nuclear de la historia.
Se liberaron a la atmósfera nubes de partículas altamente radiactivas durante un ensayo de rutina de interrupción de operaciones en la planta situada al norte de Kiev, en lo que era la Unión Soviética y ahora es Ucrania.
Hoy, la cantidad de turistas que buscan entrar a la Zona de Exclusión de Chernóbil, una zona de tierra contaminada de unos 30 kilómetros de radio que rodea a la planta de energía, da trabajo a varias empresas turísticas.
Incluso hay hoteles dentro de la Zona de Exclusión.
Las visitas se regulan por medio de revisiones de seguridad y excursiones estrictamente guiadas.
Los visitantes viajan en autobús al lugar, que está a unas dos horas al norte de la capital de Ucrania, Kiev.
Una vez allí, firman una exención de responsabilidad en la que se les advierte que no deben tocar ningún objeto ni la vegetación, ni siquiera deben sentarse en el suelo.
La salida del sitio también está muy regulada.
Se usan escáneres corporales para revisar los niveles de radiación. Si suena la alarma del aparato, los guardias limpian el polvo radiactivo del individuo antes de permitirle que se vaya.
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